Promesa implícita

Tregua

Otro fanfic terminado, al fin, ahora sí no habrá más, lo que hay es todo, quiero decir que... ojalá los que entran a leer y no votan pisen descalzos un lego, que se truene el dedito chiquito con la esquinita de la cama, no me dejan subir mis nuevos fanfics porque Ángel quiere que esperemos 눈⁠‸⁠눈 están buenísimos: Zhuiling dónde parece que Jin Ling es bello y malo cómo el diablo y Sizhui el niño bueno, pero en realidad no es así, no es dark.
Zhuiling sacerdote/noble con muchas escenas hot de siete capítulos donde cada pecado capital resulta no ser tan malo.
Zhuiling reencarnación de los juniors cómo bebés con consciencia de adultos en un omegaverse estilo "mira quién habla"

ರ⁠_⁠ರ Quiero subirlos, tengo las ideas en la cabeza y obstruyen las otras a terminar y Ángel no me deja-Garo

Las lectoras no van a apoyar la moción de que subas esas cosas aún, necia, entiende. Otro fanfic terminado, Garolu le vendió su alma al diablo y no lo supo hasta ahora. Sí el diablo soy yo-Ángel
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Jiang Cheng miró el teléfono en su mano unos minutos, Jin Ling le colgó diciendo que no iba a estar. Lo conocía bien para saber que había llegado a su conclusión.

Él no sabía si quería o no lo mismo todavía. Había tantas heridas por reabrir, tanto dolor que expresar que no sabía exactamente cómo proceder. Ni ahora ni antes hizo algo así. Exhaló apagando la televisión, para él no habían pasado miles de años, sólo los que tuvo en su primera vida y los de ahora con una enorme laguna temporal en la que su consciencia estuvo a saber dónde. En serio no recordaba nada del más allá, lo cuál era frustrante, pudo tener la respuesta al enigma de la humanidad.

¿Hay vida después de la muerte? La respuesta sería que no, lo que podía rememorar del instante en el que murió era que su pecho dolía más que las llamas, que sus células explotando en millones de pedazos, la satisfacción era en medida de ese sufrimiento, enorme. La muerte fue apagar su cerebro de pronto, no más sentido de sí ni de nada.

¿Descansó? Quién sabe, no tenía esa percepción.
¿Fue terrible? No en realidad, ya había pasado de lo peor antes de morir.
¿Se arrepentía? Jamás.

Esas preguntas se respondieron casi de inmediato, el problema era que su respuesta no representaba conflicto, hizo lo que hizo de acuerdo a las circunstancias, el momento, tiempo y sociedad en el que vivió. Ahora era un antropólogo con especialidades, entendía eso.

¿Cuál era la respuesta que generaba entonces el dilema? La de Lan Xichen, Lan Huan, su esposo. Era él quien quedó atrás y el que pasó decenas de años esperando solitariamente, fue quien vio pasar los años uno tras otro con el duelo a flor de piel.

Si le hacía esas preguntas ¿La respuesta iba a destrozar su propio razonamiento del hecho o se mantendría igual? ¿Podría vivir con eso o no? ¿Sería saber algo para lo que no estaba listo? Pensar en tomar el lugar de su esposo en esa época, en todas las que vinieron era imposible ¿Es que no amaba a su alfa y su cachorro lo suficiente para hacer semejante sacrificio?

Porque ah, algo que también desconocía era lo que pensó y sintió su hijo. La idea era aterradora si lo meditaba, sin su madre, sin su esposo, miles de años también y siendo tan joven ¿Lo odiaba? ¿Lo amaba aún? ¿Lo perdonó? Creía saber la respuesta, no tenía la certeza.

¿Se convirtió en un padre y esposo injusto?
¿Los amaba tanto que podía morir pero no vivir por ellos?

Negó varias veces y apretó el puente de su nariz, que Jin Ling tuviera la valentía de querer responder eso cuando era el más inseguro lo dejaba a él, el supuesto adulto en una posición bastante infantil.