Sherlyweek 2024

Día 1 postre y Moda

El aburrimiento es una de las peores torturas, la más punzante y molesta desde el punto de vista de Sherlock Holmes. ¿Se preguntan por qué? La respuesta es sencilla: Para una mente tan despierta y rápida mantenerse en movimiento es tanto crucial como vital. Si su mejor amigo el novelista Watson tuviera que describirlo diría lo siguiente: si no encuentra inspiración para sus diseños de moda se echaría en su sillón favorito del 221B de Baker street a podrirse lentamente.

Mientras tanto, fumaria cigarrillo tras cigarrillo además de hablarle a su anillo de calavera, lo cual era bastante inquietante. Sinceramente se convertía en un despojo humano si no podía tener un poco de emoción. El problema era que casi nada lo entusiasmaba tanto como crear vestimentas, pero para ello necesitaba inspiración. Por lo que podrían imaginarse lo aburrido que estaba, pues lo único que le entretiene le está vetado por el momento

Ahora mismo tiene que presentar su portafolio para una colección de ropa ordenada por una gran cadena de tiendas. Lo cual desde la opinión del diseñador es la cosa más aburrida que puede existir. Sin embargo, eso le ayuda a pagar las cuentas, pues aunque sabía que su amigo John podía fácilmente costear la renta de ambos no se sentía bien dejarlo hacerlo. Realmente no tenía muchas ganas de diseñar, pero la motivación vino de mano de Miss Hudson quién le dijo que si no movía su trasero del sillón lo echaría de su residencia.

—¿No te gustaría comer un trozo de manzana? Dicen que sirve para los huesos—le mencionó sin malicia mientras arrastraba su humanidad hasta la frutera que John siempre mantenía llena.

—¡Deja de decirme vieja! —dijo ella ofendida y se marchó, pero antes le advirtió que si no obtenía el dinero para la renta las cosas se iban a poner feas.

En realidad, a pesar de ser un diseñador de renombre, Sherlock era bastante selectivo a la hora de escoger que trabajos realizar y cuáles no. Sin embargo, a regañadientes aceptaba propuestas pues había que vivir, comer y cubrir todo tipo de gastos. Las telas no eran gratis y a pesar de que le gustaba utilizar los restos de ellas para crear moda sustentable... no podía hacerlo todo el tiempo.

Debido a que la alta costura es costosa y aunque le encantase lo gratuito a veces sus creaciones requerían toda clase de materiales que no lo eran. En cambio, ahora le estaban facilitando todo lo que necesitase para hacer los diseños. Sin embargo, era evidente que el plazo para mostrárselo al dueño de las tiendas y su equipo estaba bastante cerca de cumplirse.

Por esto tomó su carpeta dónde colocaba sus diseños y los miró atentamente en busca de alguna idea. Sin embargo, él se resistía a copiar alguno de aquellos, pero eso no quería decir que no pudiese buscar inspiración en estos. Los ojeó con atención durante al menos una hora y se dio cuenta de una cosa fundamental: Tenía hambre.

—Me merezco mi postre favorito después de todo este esfuerzo—dijo de manera autocomplaciente.

No había hecho progresos significativos, pero estaba seguro de que una vez comiera se le refrescarían las ideas. Así que, aunque quisiera ir con los harapos que llamaba pijama... John le indicó que un gran diseñador no debía mostrarse en público con ese aspecto. ¡Era completamente incongruente! Es lo que diría el novelista quién tuvo que ir a atender algunos asuntos con la editorial que publicaría su nuevo libro.

—Creo que debo vestirme casual, no me gusta arreglarme mucho cuando no tengo que hacer alguna presentación de mis diseños—murmuró pues lo veía innecesario, pero no quería que sus creaciones se vieran empañadas por que él no era capaz de mantener cierto nivel de etiqueta al menos en público.

Por esto en esta fría mañana de febrero se ha colocado una camisa cómoda y blanca, con un suéter holgado y jeans de color oscuro. Sus botas favoritas de color negro y ese cabello desordenadamente rebelde que lo caracterizaba. Entonces tomó su chaqueta larga azul marino y esa bufanda de un color similar que le dio su hermano por su último cumpleaños. Cabe señalar que este era director de una agencia de modelos muy exitosa aquí en reino unido.