Annya Velazco es una chica mexicana que decide irse a estudiar a Canadá para formar su vida profesional y conocer el país, parece darse por vencida en el amor hasta que en su último semestre recibe una serie de cartas que la hacen recuperar la fe.
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Este pequeño mensaje solo es para recordarles que las enfermedades y trastornos mentales existen y no deben tomarse a la ligera. Cada quien lo vive de diferente manera, pero siempre hay que considerar la ayuda psicológica o de un profesional. Dicho esto, disfruta del capítulo <3
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El día había empezado con todo. Y cuando digo con todo me refiero a una carga más pesada que otros días y eso que no era día de examen. En la clase de francés hicimos un tipo de debate sobre la inteligencia artificial y era divertido oír a la clase pelearse en otro idioma, sobre todo porque teníamos permitido decir groserías y mi maldición favorita era «¡Sacrebleu!» porque me sentía dentro de esas películas en blanco y negro.
Bueno, tal vez lo primero no sonó tan mal si no que lo peor venía después, porque mi actividad favorita nunca había sido escuchar a los profesores hablar y hablar durante una hora completa sobre el mismo tema, en dos clases seguidas. Después del descanso pasó lo que nadie sabía —se suponía—, más que mis amigos, Eric y yo, sin embargo, sentía que el deportista les había dicho a unos cuantos si no es que a todo el grupo de la actividad que tenía planeada el profesor. Aunque no sería una completa novedad pues eso hicimos antes del examen del capítulo uno.
Él comenzó a preguntar al azar. Pedía que completáramos oraciones que él mismo decía o simplemente una pregunta, pero con respuesta abierta, como era su especialidad.
—Oye, Annya —llamó mi atención Eric desde la fila de al lado. No parecía para nada estresado con la actividad que se estaba llevando a cabo en el momento—. ¿En serio ayudaste a mi bro en el examen? —le dio un manotazo en la espalda con intenciones amistosas, que sonó tan fuerte que me preocupé de que le haya dolido. Era muy llevado, por lo que podía notar.
—¿En serio no te diste cuenta que me sacaron del salón y casi me dan de baja por eso? —Se sorprendió más de lo que pensé. ¿Dónde estaba todas las clases este tipo?
—Olvida lo que te dije ayer, eres la onda, Annya...
Este pendejo.
—... por cierto, más tarde te mando la presentación. Me imagino que querrás darle el visto bueno antes de enviarla a Johnson, ¿no es así?
Suspiré pero asentí al mismo tiempo.
Ahora, volviendo a la clase, impresionantemente el John Wick falso no me hizo ninguna pregunta esa vez. Solo que no sabía si preocuparme o sentirme aliviada, pues ¿creía que estaba preparada o lo hizo a propósito para hacerme sentir presión?
Eso solo estaba por saberse el día del examen.
Para finalizar con esa tortura escolar, hicimos una votación porque al parecer este... «ser» quería que hiciéramos el examen al siguiente día cuando ya se había establecido desde un principio que sería el viernes. ¿Cuál era el problema?
Solo quería molestar y estresarnos desde antes, pero todos votamos que se quedara el viernes, aunque eso significara entregarle la presentación al día siguiente.
