Annya Velazco es una chica mexicana que decide irse a estudiar a Canadá para formar su vida profesional y conocer el país, parece darse por vencida en el amor hasta que en su último semestre recibe una serie de cartas que la hacen recuperar la fe.
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Este capítulo este dedicado a PremiosGemasPerdidas por aceptar esta historia y dejarme participar nuevamente en su concurso anual 🤍
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Para las chicas nos es muy fácil fantasear con tener una vida perfecta, con el chico ideal a nuestro lado viviendo felices para siempre cual cuento de hadas. Algunas sueñan con cantantes populares como Harry Styles o quizá actores guapísimos como Regé-Jean Page, o simplemente con gente común y corriente que conocen. Esto puede sonar algo extraño, pero desde que tenía quince años, un hombre bien vestido y sin rostro me conquistó en mis sueños. Dejen me explico mejor, en mis sueños solía estar en lugares abiertos, como parques o en alguna parte de la ciudad donde él caminaba de mi mano y me trataba como un buen novio, regalándome flores y haciendo cumplidos en el momento justo. Nunca he sabido a que se debe, pero tengo el presentimiento de que es lo que inconscientemente quiero encontrar en un hombre, y al no tener rostro quiere decir que no lo conozco aún y puede estar en cualquier lugar, ¿verdad?
Volviendo a la realidad, no había mucha oportunidad de disfrutar del resto de la semana por el examen que nos esperaba el viernes. Si bien seguí buscando códigos QR alrededor de la escuela, no estaba segura de sí eran todos los que él había planeado. Agregué unas doce canciones a una lista de reproducción para analizar las letras después porque los mensajes del grupo de la clase de hidráulica ambiental no dejaban de sonar.
~Pam Los que quieran estudiar en conjunto nos vemos en el cub 22
Roger Por fa venga alguien que sepa
Dafne S. Se los suplico No quiero repetir el año
Eric Ya acepten que todos vamos a reprobar
—¿Vieron los mensajes del grupo? —preguntó Cam con el celular en la mano.
—Sí —respondí, apenas guardándolo en la bolsa trasera del pantalón.
—¿Deberíamos ir? —agregó Juls, dudosa. Notaba un ápice de desesperación en su rostro.
—¿No creen que será peor si estamos todo el grupo junto? Quiero decir, ¿no será más difícil estudiar si todos van a estar hablando al mismo tiempo?
—Pues nos sirvió estudiar los tres juntos tomando notas, así que... —Julie hizo una pausa—. supongo que podemos continuar así.
—Además, hay que ir a comer. Estudiar con el estómago vacío no funciona.
—Obviamente —le seguí el juego—. Entonces, ¿nos vemos en la biblioteca a las cuatro?
Habiendo aclarado las cosas entre mis amigos y yo, caminé unas cuantas calles hasta llegar al lugar donde vivía temporalmente. Saludé a la señorita de la recepción con detenimiento para ver si había algo para mí, pero esta vez no había carta alguna. Tal vez era demasiado pronto para otra. Esperé el ascensor más tiempo del que me hubiera gustado, sin embargo, valió la pena porque me encontré a una compañera que hace mucho no veía, ya que la carrera de medicina la tenía más entretenida de lo que ella quisiese.
