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Después de lo sucedido el día anterior, Enzo actuó como si nada hubiera pasado y hablaba más de lo normal con Matías, generándole dudas a Recalt sobre su comportamiento.

Lo normal sería que no le hablara, lo ignorara o fuera cortante, pero en su lugar solo estaba el Enzo que había conocido en un principio; ese que actuaba lindo, tierno y con mucho respeto.

No le creía nada.

Matías se levantó del sofá y se dirigió a su habitación.

Enzo, quién ahora era el que intentaba aprender a coser, levantó la mirada.

─¿A dónde vas?

Matías se detuvo antes de entrar.

─Voy a bañarme.

─Oh, bien.

Y volvió a lo suyo con una pequeña sonrisa en sus labios.

Matías frunció el ceño.

«Raro, che».

Entró a su habitación y cerró la puerta detrás para luego caminar hacia su maleta y buscar la ropa que se pondría.

Se dirigió al baño con total tranquilidad y dejó su ropa sobre la repisa. Cerró la puerta, se desvistió y se metió a la ducha en silencio.

─Si no fuera por las ridículas ideas de Héctor ahora mismo podría poner música con mi celular ─refunfuñó.

Comenzó a enjabonar su cuerpo y a lavar su cabello luego de mojarse con abundante agua. Tarareó una canción con aburrimiento y cerró los ojos un momento para pensar con tranquilidad en lo que había pasado el día anterior con Enzo.

Suspiró.

Quizás no estaba actuando correctamente.

Quizás solo debía dejar de jugar con sus sentimientos y actuar de acuerdo a lo que le estaba pasando realmente.

Tragó con dificultad y entonces pensó en ella.

─Male.

Mordió su labio inferior.

Había besado a Enzo y casi se había atrevido a hacer algo más teniendo novia.

Mierda.

Prácticamente había sido infiel.

No, alto.

Estaba en una relación abierta en contra de su voluntad, por lo que besar a alguien más no se consideraba infidelidad.

¿O sí?

Talló su cuerpo con fuerza con la esponja de baño para volver a enjabonarse y crear más espuma.

No, él no había engañado a Male. No, no lo había hecho.

Maldijo.

─¿Entonces por qué no me siento bien con esto? ─murmuró─. ¿Por qué tengo que pensar en ella si solo... me interesa él?

Talló nuevamente, tiñendo su piel de un vivo color rojo.

Recordó el tacto de los gruesos y hambrientos labios de Enzo recorrer la piel de su cuello, creando un adictivo movimiento que le generó más que una simple reacción.

Cerró los ojos y llevó una de sus manos hasta su cuello para acariciarlo con delicadeza. Mordió su labio inferior y soltó un quejido casi inaudible al tocar una parte delicada que había sido afectada por una de las mordidas del mayor.

Sonrió.

«Bruto imbécil».

Intentó recordar cómo se había sentido pasar cada uno de sus dedos por el cuerpo de Enzo, tocando algunas partes que jamás imaginó si quiera rozar. Recordó el sonido de sus respiraciones agitadas y el exquisito clap que hicieron sus cuerpos en más de una ocasión al chocar entre sí.

𝗬𝗘𝗦, 𝗔𝗡𝗗? || Enzo x MatíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora