Kowie Paxton tiene un problema. Un ENORME problema. Se ha convertido en un vampiro por accidente y acaba de descubrirlo esta misma mañana. El problema es, que no tiene ni idea sobre cómo ser un vampiro...
¿Se supone que salga al sol? ¿Puede volar...
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—¡Uno más, novato!
Dane tomó otro de los barriles y lo arrojó hacia él con gran velocidad. Había quedado impresionado por el nivel de fuerza que poseía a pesar de su apariencia promedio, lo suficiente como para estar arremetiendo contra esos barriles y dispararlos con un enorme impulso durante la última hora sin tomar descanso para respirar.
Pero él no quedaba atrás, ahora era tan o más fuerte que Dane y solo con clavar su mirada en el objeto que se dirigía en su contra consiguió cambiar su curso, haciéndolo estrellar contra la pared.
El barril de hecho reventó uno de sus costados haciendo un sonido impactante y Emmett se cubrió los oídos. Emmett se encontraba flotando a unos centímetros del suelo, sonriendo como un niño, él estaba manteniéndolo de esa manera mientras al mismo tiempo debía dominar los barriles e intentaba manipular la mente de Dane para hacer que deje de arrojarle cosas. Se supone que estaban practicando para una situación extrema en la que Kowie debería hacer uso múltiple de sus habilidades, y esto también lo ayudaba a palpar sus primeros contactos con sus poderes desbloqueados pero para ser sus primeros intentos, Dane había dicho que estaba bastante impresionado.
Fue una de las sensaciones más hermosas que su cuerpo haya vivido. Y no hablo del momento en que bebió el activador, no, eso solo fue tan desagradable como lo había imaginado pero, en cambio, el dolor que atravesó su organismo entero podría ser calificado como una tortura moderna. Sintió que sus huesos eran quebrados por dentro, y como sus pulmones se colmaron de una abrumadora totalidad de aire; la mente se le paralizó al igual que su corazón. Puede jurar que los minutos que estuvo sacudiéndose en el suelo su corazón se detuvo sin vida. Sin embargo luego de ese breve tramo de intenso sufrimiento, una ráfaga satisfactoria le recorrió las venas y fue como si un calambre placentero se hubiese encargado de eliminar cada fibra de dolor y luego solo quedó la sensación de un poder desmedido en él.
Agobiante. Esa fue su primera impresión, pero entonces todo se sintió tan natural, como si así es como debiesen ser las cosas cuando son correctas.
Luego Dane comenzó a poner en práctica sus habilidades sin darle momento a su realización ni compasión.
Edwin lo observaba dando brincos en el suelo mientras que intentaba distraerlo desde su mente.
<<Lento. Lento. Eres muy lento. Y tu humano casi está tocando el suelo ¡Hasta yo podría levantarlo unos cinco o seis centímetros más sobre el suelo, mestizo!>>.
Tensó la mandíbula conteniendo el deseo de dejar caer a Emmett sobre el ave entrometida e intentó hallar más fuerza de voluntad para hacer levitar un poco más a Emmett, aunque el esfuerzo comenzaba a ser físicamente doloroso.
<< ¡Deja de hablarme, estás distrayéndome, cotorra obesa! Nadie pidió tu opinión >> respondió por el que creyó era el mismo canal que el de Edwin, pues había descubierto que podía comunicarse con él mentalmente también.
