CAPITULO III

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Los días pasaron y Sasuke no podía sacar de su cabeza "el hecho" como lo había empezado a llamar. Hacía mucho que lo había dejado pasar y no reparaba en eso, pero después de que Naruto se lo recordara su cerebro no hacía otra cosa que recrearlo ante sus ojos, lo que le causaba aun estrés adicional a su cuerpo, se sentía tan cansado, la espalda le dolía, que va le dolía todo el cuerpo. La ansiedad casaba mas que la actividad física.

Ese día había decidido descansar en una de las guaridas de su exmaestro. Se metió bajo la ducha, el agua fría toco su cuerpo y la piel se rizo inevitablemente. Poco un poco de jabón en su mano y froto hasta tener la suficiente espuma para acto seguido intentar deshacerse de la suciedad acumulada después de su anterior baño que agradablemente había sido bajo una cascada. Al bajar su mano recorriendo su abdomen llego hasta su pene y se miró con cansancio ¿Qué le pasaba? ¿acaso estaba loco? Suspiró, la vida se le iba con cada suspiro, debía solucionar esa situación cuanto antes o podría enfermar lo suficiente como para no poder hacer su trabajo y esa no era una opción.

Con la mano llena de jabón agarro la cabeza de su pene, estaba tan sensible que cerró los ojos ante el placer, no quería terminar, quería alargar ese momento, lo hizo suave, de arriba abajo, tomando más tiempo cuando llegaba a su glande y marcando lentos movimientos circulares, dejando que su imaginación llenara cada necesidad con las imágenes precisas para que el placer fuera el máximo. Con la otra mano tomó sus testículos y los masajeo, pero renunció a eso, sus manos no eran lo suficientemente suaves como las que quería sentir.

No quería terminar rápido, quería extender el momento todo lo que pudiera, y se detenía cada vez que sentía la culminación cerca, y se detenía aumentando la presión, conteniéndose, pero la excitación era demasiada.

—     Joder — vació su cimiente en la mano, utilizándolo para seguir masturbándose hasta que sintió el ultimo espasmo.

Después de su maravillosa culminación regresó la culpa, el asco hacia sí mismo, que no duraría tanto hasta querer masturbarse otra vez. Volvió a tomar jabón y terminó de bañarse. 

Al salir se vistió y volvió a suspirar mientras admiraba la cama mullida donde dormiría esa noche.

Ese lugar parecía mas un calabozo que una habitación y eso hizo que su imaginación volara. Si tuviera la oportunidad de volverla a tener como esclava en ese lugar, seguramente no sería tan correcto como la última vez.

Si no se hubiese masturbado hacía solo unos minutos seguro volvería a estar duro y listo para autocomplacerse.

Se acostó en la cama y no duro mucho para que el sueño lo alcanzara, aunque esa noche tendría sueños húmedos como si fuera un adolescente.

El "hubiera" no existe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora