El "hubiera" no existe.

CAPITULO X

Si su pierna temblaba era de ansiedad.

Los niños corrían y reían. Algunos comerciantes ambulantes merodeaban en busca de dinero, de alguna forma se tenían que ganar la vida y ella estaba ahí sentada intentando no regresar a ver a su acompañante. Intuía que tendría cara de pocos amigos (como de costumbre). El tiempo pasaba y ninguna idea se le venía a la cabeza. No necesitaba algo como para traerlo de mandadero, no tenía la confianza de hacerle ni una pequeñísima broma, muy pequeña, el miedo le había quitado el hambre y le temblaba una pierna, solo una. Quería morderse las uñas, pero no volvería a caer en ese mal hábito.  

Tampoco podía suspirar, porque Sasuke ya lo hacía y podría pensar que estaba imitando y tal vez pensaría que se burlaba de él.

¿Por qué tenía tan mala suerte?

Con Naruto estaría mas nerviosa, pero con el simple hecho de tenerlo cerca le alegraría en corazón, en cambio Sasuke la atemorizaba, bueno, no tanto así, pero no le tenía confianza y no lo conocía lo suficiente.

Tal vez podría dejar que el tiempo pasara hasta que las tres horas terminaran y de esa forma... Seguir con él otras tres horas.

La mera idea de estar con él otras tres horas perturbó a Hinata.

Esta debía ser una mala broma de Sasuke, porque ella se había dado que los papeles habían cambiado, ella sabía que el primero que tomó era blanco y no azul ¿Por qué había hecho trampa? Aunque no era como si no lo supusiera, si el nombre de Sasuke era el papel azul era obvio que Sakura lo había planeado, al igual que Ino quien había tomado el papel amarillo. De hecho, Hinata creyó que alguien lo mencionaría, fue obvio, y cuando los papeles cambiaron también fue muy obvio, al menos para ella. Naruto tenía el amarillo, ella sabía que era muy distraído, pero que no se haya dado cuenta le pareció demasiado tonto, no quería llamar tonto al amor de su vida, pero ¿cómo no te das cuenta de algo así?

Sakura e Ino dejaron la emoción y dieron paso a la decepción y también entendía porque no dijeron nada del obvio genjutsu del que habían sido presos, decir algo las haría ver como unas tramposas, aunque así fuera.

No era posible que solo ella se hubiese dado cuenta, si ella tenía el papel azul, Naruto el papel amarillo y a Sasuke le había tocado uno rosa (el que tenía su nombre) era mas que obvio que a otro le cambio el color. La verdad Hinata pensaba demasiado en ese asunto y después descubría que a todo eso se incluía Ino y Sakura que también sabían lo que había pasado, pero no podían decir nada y concluyo que en efecto los demás pudieran no haberse dado cuenta y ella no era Shikamaru como para ponerse a pensar en las posibilidades de que eso pasara.

Como fuera ¿Qué estaría pensando Sasuke al darle su nombre a ella? Porque era obvio que había sido él, nadie tenía las habilidades suficientes en guenjutsu como para hacer algo así.

Hubiese seguido pensando hasta que se preguntó ¿Cómo era que Shikamaru no se hubiese dado cuenta de la trampa? Y no solo hablaba del genjutsu, también del plan de Sakura e Ino. Definitivamente pensar en las probabilidades de engañar a Shikamaru iban más allá de sus habilidades cerebrales y ya no pudo contener un suspiro.

Regresó a ver a Sasuke y sí, tenía cara de pocos amigos, que va, tenía cara de no tener ni un amigo, curiosamente quiso reír, tuvo que ocultar su cara de él. La mataría si se enteraba que se estaba burlando de él.

Regresó a ver el reloj que se encontraba en el centro del parque, ya había pasado más de una hora, con razón la cara de su compañero, si tuviera la posibilidad de apostar, ella apostaría que él preferiría ser una de las burbujas que se escapaban y volaban muy alto lejos de los niños que corrían tras de ellas para explotarlas. En ese momento las burbujas tenían más diversión que ellos mismos, y eran libres, despreocupadas. Tal vez con una vida corta, pero llena de significado, una misión de vida cumplida, eran creadas para divertir a esos niños y lo lograban, los pequeños corrían de un lado a otro, saltando tan alto como pudieran para alcanzarlas.