Capítulo 2

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Las puertas del gran hotel sonaron con un fuerte estruendo anunciando la llegada del rey, la princesa que todo el tiempo estuvo parada frente al portón, no pudo reprimir su felicidad al ver a su progenitor cruzando la entrada dándole un abrazo una vez lo tuvo cerca, el ángel gustoso, correspondió al gesto susurrándole a su princesa lo mucho que la había extrañado, ella con una sonrisa demostró lo contenta que estaba susurrando lo mismo.

El oji rubí al separarse de su niña, le echó un vistazo al famoso Hazbin Hotel pasando por la sala principal, el deterioro se notaba a leguas, aunque no podía negar que estaba limpio, puntos por eso, el esfuerzo de Vaggie, había valido la pena.

—Está, he...interesante, sí, interesante, tiene mucho carácter y... ¡Carajo! ¡Pero que horrible de maldición del diablo es esa!

Eso que ojos captaron no le gustó, muy bien ¿Qué era eso? ¿Un mini bar? Su andar se detuvo al instante señalando el lugar con el dedo, a veces era un poco exagerado.

Quisimos darle algunas renovaciones, le hacia falta algo de color y personalidad ¿No cree?

Lucifer volteó hacia la persona que había hablado ¿Quién era ese?

—¿Y tú eres?

El demonio se había situado atrás del rey provocándole un susto haciendo que saltara solo un poco en su lugar, fue tan disimulada para los ojos de los demás, menos para el Sinner, lo cual lo hizo sonreír.

Alastor, es un placer conocerlo Señor, estoy encantado. Siempre quise conocer el rostro del famoso soberano, aunque, nunca me imagine que fuera mas chaparrito de lo que esperaba..

Sarcasmo con burla, así lo hizo sonar, agarrando el bastón de su rey, le dio un saludo de forma educada, para posteriormente limpiarse la mano en su ropa, el rubio por su parte se encontraba acomodando su traje ante la repentina agitación de hace unos minutos, mostrando un gesto de indignación, volteó a hablarle a su hija que se acercaba posicionándose a su lado una vez llegó, el ángel alzó una ceja en su dirección pero sin quitar la vista del pecador.

—¿Quién es éste? ¿Qué hace aquí? ¿Es el botones?

Ajá, no, soy el gran anfitrión del hotel, tal vez haya escuchado mi programa de radio, estuvo al aire.

—Mh~ no, tal vez Charlie no tuvo suficiente presupuesto para contratar gente, jajaja.

Comentó con burla codeándose a la nombrada en el proceso, ésta solo sonreía de manera nerviosa ante la tensión que estaba presenciando, pero al contrario del alfa, solo podía existir una palabra en su mente y era "este enano me cabrea" sin perder la sonrisa contraataco.

De hecho, yo me ofrecí para el cargo...

—Ha, ya veo porqué fracaso.

Jaja, jóde..te..

De manera involuntaria una mano fue a parar hasta su nariz, ya que el fuerte golpe de aquellas feromonas que sus fosas nasales no se negaron a respirar, se coló por todo su sistema como una bomba, habría jurado que era Angel, ya que era el único omega en este lugar, que hasta lo volteó a ver con enojo, pero estaba equivocado, su vista volvió al soberano y gracias a la cercanía que mantenía con él, supo que éste era un "omega".

En el inframundo estaba muy bien sabido de que el todo poderoso Ángel Caído era un alfa, o eso era lo que se creía según sus fuentes (espionaje) o las lenguas de los demás. En su cabeza no cabía ante la posibilidad de que un poderoso demonio pudiera ser marcado, pues todos los anillos eran alfas, pero Lucifer era distinto, su bestia interior reaccionó al delicioso aroma a Malbec combinado con Cardhu haciéndolo exquisito en su paladar, eso le provocó en querer darle un lengüetazo al fino cuello como también un mordisco y arrancar su blanca piel, sí así olía ¿Cómo sabría? ¿Sería suave esa carne? Quería perforarla y descubrirlo, pero el gesto que el rey le dio era para burlarse, haciendo que éste despertara de su ensoñación, le veía con duda y extrañeza debido a la torpeza de sus propias palabras acompañado de una pequeña interferencia, notó como el bajito entraba en un estado de ¿Alerta? Eso lo hizo medirse, lo que menos quería era incomodar a esta preciada presa, ehh, quiero decir, al rey y optó por mostrar los dientes en una sonrisa hasta que el blonde saliera de su campo visual, pues Charlie ya los había separado de su pequeña discusión.

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