Chantaje y Ordeño

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Miércoles en la Noche

Leila estaba cerca del final de su turno, y ella estaba de buen humor por la combinación de hormonas post-orgasmicas y las inusualmente generosas propinas que estaba recibiendo, cuando Tina la llamo a su oficina con una mirada seria. Nerviosamente inquieta, la conejita salto hacia la oficina y se sentó en una de la silla que se le ofreció. Tina entro y se sentó en la silla frente al escritorio con sus brazos cruzados bajo su generoso pecho. Mirando desde arriba a su empleada ella dijo, "Necesitamos hablar sobre lo que Maddie y tú estaban haciendo en el baño antes de tu turno."

Sonrojándose y mortificada, Leila miro a Tina con sus ojos abiertos, incapaz de pensar en algo que decir. Su boca se movió unas cuantas veces pero ningún sonido emergió. Tina espero un poco más para ver si la conejita diría algo y luego continuo con, "Mira, no soy tan mayor que ustedes, no he olvidado lo que se siente ser joven y caliente. Y lo que sea que ustedes hagan, sé que debe ser muy nuevo, así que probablemente sigan en la fase de 'no puedo quitarte las manos de encima' de la relación. Ahora, no me importa a quien te cojas, pero en el futuro van a tener que hacerlo en otro lugar. Otra reunión en el baño y ambas quedan despedidas, entendido?"

Leila asintió vigorosamente, mirándose aterrada. Tina tenía una mirada diferente en sus ojos y se inclinó, diciendo calladamente, "Ahora, aun necesitas ser castigada por la violación anterior. También Maddie. Ya que ambas van a trabajar el viernes en la noche, las tendré a ambas hasta tarde limpiando. Se les pagara lo normal por el tiempo, pero ninguna puede reusarse o las despido. Vas a pasar el mensaje, verdad?" Aun incapaz de hablar por el miedo, Leila asintió tímidamente y miro a sus pies.

Viéndose complacida con la forma en que la conversación estaba yendo, Tina camino hacia el otro lado del escritorio y dijo, "Hay una última cosa que necesitamos cubrir, y es tu culo. Tu vagina, también, para el caso." Impactada por la vulgaridad, Leila miro la cara sonriente de Tina. "Este es un restaurante y no podemos permitirnos tener ninguna posible violación al código de salud. No estas legalmente obligada a usar algo fuera de las circunstancias normales, incluyendo los muchos requerimientos del uniforme, pero hay excepciones para equipo de protección personal y personal de servicio de comida. Lo dejaremos pasar por ahora, pero te ordene un nuevo uniforme que se acomodara a los requerimientos sanitarios. Debería llegar mañana y espero que lo uses en cada uno de tus turnos desde ahora."

Tina le paso a Leila una tableta con una imagen cargada de una mujer modelando un leotardo de malla. No dejaba nada a la imaginación; aunque estaba técnicamente vestida, el vello púbico de la mujer y pezones eran completamente visibles. Asombrada y horrorizada, Leila finalmente encontró su voz para protestar, "Pero...estaría básicamente desnuda!"

Tina se burló y dijo, "Y, la gente vera tus gigantes tetas, que problema! Caminas por ahí cada día con tu culo y esa bola peluda al aire! No es sanitario! Ese es tu nuevo uniforme y si no estás de acuerdo puedes irte y nunca volver!"

Leila quería llorar. Ella había sido criada para ser una buena chica, una chica modesta, el tipo de chica que no expondría sus pechos en público. Era lo suficientemente difícil hacer que la gente la viera a la cara incluso con la blusa ligeramente ajustada que tenía ahora. Ella estaba en el punto de negarse y buscar otro trabajo cuando Tina jugo su carta final. "Oh, y si no estás de acuerdo, Maddie se va, también. No puedo tener favoritas cuando ustedes dos se han estado cogiendo en el trabajo." Horrorizada y culpable, Leila finalmente se rindió y accedió, asintiendo y gimoteando. "Excelente," dijo Tina, "Ahora vuelve a trabajar y trata de no meter los pelos de tu coño en la comida de alguien. Y no lo olvides, Maddie y tú, hasta tarde el viernes en la noche." Leila escapo lo más rápido que pudo.

Miércoles en la Noche

Cassie ya estaba dormida cuando Maddie volvió de sus clases. Solo era una vez a la semana pero eran tres horas, y como muchos otros estudiantes Maddie a menudo se quedaba hasta tarde para usar el estudio después de que los modelos naturales terminaran de posar. Ella había estado descansando toda la semana entre las cosas de su familia y la nueva novia y todas las otras travesuras sexuales con el control remoto. Pensando que Leila estaría en casa pronto ella le envió un mensaje dulce y sexy, pero su novia no respondió para cuando Maddie había terminado sus rituales nocturnos y se había preparado para dormir. Ella estaba ligeramente preocupada, pero iban a estar juntas mañana en la mañana así que intento que eso no la molestara.

Un Tipo Diferente de Juguete SexualDonde viven las historias. Descúbrelo ahora