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"Pesada es la Corona, atado está el corazón.".
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A Matías sólo le toma cinco minutos sentir un reverente respeto por la Reina del Clan Vogrincic.
Colette Vogrincic, la hermana mayor de Enzo.
Ha oído historias de lo despiadada pero diplomática que puede llegar a ser. Supone que eso le sucede a una persona que asume la responsabilidad de su pueblo con trece años de edad. La historia de la joven Reina de Monte Nevado recorrió los diferentes rincones de todos los clanes por años, y a medida que pasa el tiempo, la mujer se ha forjado de una reputación respetable.
Puede ver a los guardias y miembros del Consejo Nevado inclinar la cabeza a voluntad a medida que avanza, inspira respeto y admiración.
Matías se pregunta si él alguna vez despertará más que disgustos en su gente.
"Debo decir, que me siento honrada de recibir a un miembro de su calibre, príncipe Recalt." Es el saludo que le dirige la Reina.
Matías alza la ceja. Falsa cortesía. Bien, puede jugar ese juego también.
"Apuesto a que sí. Aunque fui prácticamente obligado a visitarla, Su Majestad."
Ella sonríe de lado, y hay un hoyuelo que le resulta dolorosamente familiar a Matías y lo distrae de su determinación.
Oh, a eso se refería su madre con darle la pócima desde que se presentó como un omega de cachorro. Eso era una distracción de los deberes reales.
No podía seguir con este juego de poderes si realmente deseaba tomar el mando de su pueblo, por eso el Consejo Dorado no confiaba en él para gobernarlos, guiarlos. ¿Cómo podrían confiar en él cuando no había demostrado su valía? El respeto, la lealtad y la admiración que la Reina de Monte Nevado inspira en esa misma habitación no fue ganado solo por su legado familiar, bien es sabido que el antiguo rey de la Fortaleza Lunar era considerado cruel y mezquino, casi rozando la locura y el delirio en sus últimos años de mandato. Fueron años duros para todos los habitantes de este reino, pero desde que una adolescente asumió el Trono, las cosas mejoraron gradualmente. Tomó tiempo, lo sabe, lo ha escuchado, pero los resultados de su liderazgo se reflejan en esta misma Sala.
Matias tiene mucho que aprender de la Reina Vogrincic.
“Hay muchos pajaritos cantando que tu Corona ha sido puesta en duda, Príncipe.”
Y es directa, corta como si no tuviera miedo a sangrar también. Matías debe aprender a soportar el dolor, pero, ¿Cómo hacerlo cuando ni siquiera tiene una cicatriz?
Quizás sea hora de comenzar a trazar cicatrices a través de sus lunares.
“Debe tener mucho tiempo libre si puede oír a los pájaros cantar, Reina Lunar.”
Ella sonríe, es una sonrisa afilada, pero hay cierta diversión es sus ojos. Matias se endereza un poco, siente un poco de mareo, quizás sea el estrés de la situación sobre sus hombros.
“Los escucho cantar cuando mi espada lleva la sangre de mis enemigos. Es una melodía que nunca me aburrirá.”
“¿Soy su enemigo ahora? ¿Me hará sangrar también?”
“¿Debo hacerle sangrar para que entienda la situación, Príncipe Recalt?” Alza una ceja y bebe un poco de vino. “Se encuentra en una situación bastante precaria, lejos de casa, sin aliados a la vista.”
Matías ladea la cabeza. Puede sentir una mirada quemarlo. Una espiral de desafío recorre su sangre. Su padre siempre le advirtió que su bocaza le traería problemas.
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ARVET. [Enzo Vogrincic & Matías Recalt]
Fanfic❝Arder juntos siempre ha sido la única opción.❞ [Enzo Vogrincic & Matías Recalt]