Capitulo Uno

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Todo parecía ir bien para Mirabel Madrigal, gracias a su padre, encontró la solución para salvar el milagro que ha bendecido a su familia por 50 años, aunque al principio se negó a hacer tal acto de empatía con su prima Isabela. Retomo su decisión y lo hizo.

Se dirigió hacia la habitación mágica de la prima mayor y se abrió, sin esperarse que ella también se abriera, revelando que jamás quiso casarse con Mariano Guzmán, el hijo de la mejor amiga de la Abuela. Que la habían forzado a ser perfecta desde el momento en el que abrió los ojos.

Las dos primas juntas se perdonaron mutuamente, no sin antes explorar más allá del Don de Isabela Madrigal. Haciendo crecer todo tipo de plantas y cactus. Riendo y cantando sin parar.

Hasta que el momento tan colorido y alegre se tornó de negro en un instante cuando el grito molesto de la Abuela resonó en el interior de Casita. Congelando a ambas primas.

La mujer de inmediato pidió explicaciones a su nieta (no tan preferida). Mirabel intento explicarle por la emoción de por fin hacer algo bien.

- ¡¿Pero de que estás hablando?! ¡Mira nuestro hogar! ¡Tu prima! - grito mientras señalaba a Isabela mientras está intentaba quitarse la manchas de tinte en su vestido y cabello.

- Lo sé, es que.. Isabela no se sentía feliz y no quería.. - explicaba Mirabel pero la Abuela la interrumpe.

- ¡Claro que no está feliz! ¡Arruinaste su propuesta de matrimonio, la que esperaba por tanto tiempo!

- ¡No! ¡Es que tenía que arruinar la propuesta e hicimos todo esto! - Hablo Mirabel con voz de maravillada ignorando las quejas silenciosas de Alma. - ¡Y la vela brillo más fuerte y las grietas se desvanecieron y por eso estaba en la visión de mi papá! ¡Tengo que salvar el milagro!

- ¡TIENES QUE PARAR YA, MIRABEL!

Mirabel se calmo luego de ese grito, algo que la dejo casi sin aliento ya que Alma nunca le había gritado de esa forma. Y no se iba a detener ahí.

- Mirabel.. Las grietas iniciaron contigo. El milagro sufre, por tu culpa. ¡Luisa se queda sin poderes! ¡Isabela esta fuera de control! ¡Dolores esta asustada! ¡Camilo no puede controlar su don al igual que Pepa! ¡el don de Julieta se esfumó! ¡Sin mencionar que las visiones de tu padre cada vez son peores!

- ¡Madre! - Una voz masculina resonó en la sala - ¡¿Que estas haciendo?! - Era Bruno que llegó junto a su hermana Julieta y su cuñado Agustín.

- ¡Tu hija esta arruinando a esta familia! ¡¿No viste lo que hizo con Isabela?!

- Yo.. Solo quería ayudar.. A salvar el milagro.. - Respondió Mirabel, su voz se sentía pesada.

- ¡Lo único que haces es arruinar a esta familia! ¡Manipulas a tus primos para quitarles su don y arruinar su reputación!

- ¡Mi hija no es así! ¡Ya deja de gritarle!

- ¡Tu no me faltes el respeto! ¡Soy tu madre!

Mirabel no podía respirar, veía a su padre y Abuela discutiendo entre ellos, pero esta era una pelea muchos más fuertes de las que estaba acostumbrada a escuchar. Sus primas se mantenian calladas, agachado sus cabezas como si estuvieran muertas de la vergüenza. Sus tíos al igual que sus primos estaban shockeados viendo la pelea entre Alma y Bruno. Las lágrimas saladas no tardaron en salir y recorrer sus mejillas enpapandolas. De la nada nota una figura verdosa entre las columnas de la sala. No se le veía el cuerpo completo solo la mitad.

Viendola detalladamente, esa figura estaba encapuchada. Pero lo que la dejo sin aliento eran unas gafas muy familiares.
Eran sus mismas gafas, y solo se veía la mitad de la cara ya que la otra parte estaba detrás de la columna. Viendola fijamente, pero se le notaba sería y enojada.

𝙀𝙣𝙩𝙧𝙚 𝙇𝙖𝙨 𝙎𝙤𝙢𝙗𝙧𝙖𝙨|| 𝙀𝙉𝘾𝘼𝙉𝙏𝙊 || 𝙋𝙖𝙥𝙖́ 𝘽𝙧𝙪𝙣𝙤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora