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Montse

La pregunta de Chase me descolocó un poco, ¿cómo rayos, supo que Alena habló conmigo?

Me sentía acorralada, y era algo que no me gustaba en lo absoluto.

Respiré hondo y agarré el portátil, colocándolo en frente mío y Chase.

Quería fuertemente, evadir su mirada.

— ¿Podemos empezar con el trabajo? Tengo entrenamiento en la noche.

— No evadas el tema, rubia. — Pude escuchar el desespero en su voz.

— No lo evado, Chase. Simplemente, no hay nada que decir.

— Montse...

Suspiro y niego con la cabeza.

— En serio, ella no me dijo nada. Y no te estoy evadiendo, sé que es lo que piensas. Pero no es así. Sólo que he estado llena a cosas últimamente y tenemos medio trabajo realizado.

Sé que es una excusa barata, pero eso hace que deje de insistir, él voltea sus ojos y para mi alivio, agarra su portátil y nos ponemos a trabajar.

De vez en cuando noto que quiere sacar de nuevo el tema, pero hago como si nada y sigo en el deber de recolectar información sobre él. Al igual que él hace conmigo.

Nos hacemos preguntas super banales, pero también llegamos a tocar temas profundos. Intento no hablar de mis problemas con la comida, aunque sé que él lo ha notado, pero no trata de meterse en eso.

El silencio llega a nosotros, y aunque es un poco incómodo. Chase trata que no sea así.

Mientras estoy mirando plantillas para la presentación, el quarterback ha estado mirando fijamente el muffin que hace media hora han traído y que, aunque he querido devorar, mentalmente cuento las calorías para recordar que debo estar en forma.

Si me preguntan, todo esto apesta. Pero Sabrina lleva un conteo todos los días de cómo va mi peso. Ha llegado hasta el punto de tener consigo, una pesa donde cada mañana, tarde o noche, dependiendo de mi horario de entrenamiento. Pide que me suba a la balanza y con un cuaderno va anotando si he subido o bajado de peso.

Es increíble hasta donde ha llegado su obsesión con mi peso.

Porque sí, es solo conmigo. Mis otras compañeras no tienen esta intensidad por parte de la entrenadora. Sabrina hace como si nada con ellas, a veces siento que se sobrepasa conmigo, pero en parte quiero entenderla.

Sé que soy de sus mejores patinadoras y Sabrina desea que los patrocinadores lleguen a nosotras. Es de sus sueños más grandes. Pero siento que está pasándose un poco de la raya. Aunque, ¿qué le diría? No soy capaz de hacerle frente, tengo miedo que me eche y el patinaje sobre hielo es mi vida.

No me veo haciendo otra cosa.

— ¿Todo bien, Montse? — La voz de Chase hace que salga de mi ensimismamiento.

— Si ¿por qué?

— No, nada. Te noto preocupada.

Agacho mi cabeza y respiro profundo.

Hay algo con él que hace que quiera contarle todo, pero no quiero que Chase me juzgue. Aunque sería feo decir eso de él. Pueda que sea una persona horrible y me haya hecho pasar malos ratos, pero de algo si sé es que jamás sería de esos que te juzgan.

Chase siempre se ha caracterizado por ser una persona muy comprensiva con los demás.

Creo que eso es lo que más me gusta de él.

STEP BY STEP [PRIMER LIBRO DE LA SERIE "US"]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora