Leon S. Kennedy - One Shots

She

🍁TW: mención de TCA, autolesión, baja autoestima. Por favor recurran a un especialista si tienen alguno de estos problemas o en general cualquier problema. No están solos 💙
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Leon era el paquete completo, un hombre de 1.80m, de cuerpo definido y músculos que te hacen babear, tiene carisma aún detrás de sus chistes de papá que siempre te hacen reír de lo malos que son. Maldita sea, la cara de modelo y la inteligencia para solucionar ciertos problemas te hacen dudar de tu suerte, porque no entiendes como semejante Dios griego pudo fijarse en una chica como tú.

Luego de ocho meses saliendo no han pasado ni a segunda base, más que nada porque siempre que están a punto de lograrlo de repente las malditas inseguridad cobran vida y casi que corres a esconderte al baño. Empezaron a salir en junio del año pasado, cuando la temporada de calor era más tolerable y llevadera aún en jeans, pero ahora, en febrero con el calor llegando a los 30º sabes que estás a punto de quedarte sin tiempo.

Te aterroriza pensar en cómo vas a explicarle la infinita cantidad de marcas que te adornan la piel. Un penoso adorno. El constante recordatorio de lo patética que eres. No quieres que te vea así porque quizá empezó una relación contigo porque eres más joven —20 años más joven, sin embargo aunque estás en la flor de tu juventud, sólo 23 primaveras, sientes que tu cuerpo no es compatible con tu edad y te aterra perderlo, no quieres hacerlo, menos ahora que le dedicas cada latido de tu corazón.

Leon no sabe por lo que has pasado ni las consecuencias de tu historia.

Te sientas en la cama de su recámara una vez que te cansas te verte en ropa interior en el espejo de cuerpo completo. Aunque más bien lo haces para evitar ponerte a llorar como imbécil y no vomitar de asco al verte un segundo más; sabes que esos pensamientos son dolorosos, sabes que ya no eres la chica de antaño que se hizo eso a sí misma, pero te avergüenzas.

—Hey, princesa ¿te falta mucho? Me muero por ese maldito helado. — Su voz grave con tintes de ternura te jala de regreso a la realidad como una cuerda de bungie luego de saltar al vacío. Tomas tu celular y te sientes culpable, llevas casi una hora encerrada en la habitación incapaz de ponerte esa linda falda blanca con estampado de lavandas y el top violáceo que Leon te regaló ahora que los calores empeoran.

Tu visión se nubla y el nudo en tu garganta se ajusta más, tanto que llega a ser doloroso. Cubres tu boca con la mano para intentar ahogar un sollozo, pero es un pobre intento que falla de manera miserable.

El sonido atraviesa la madera de la puerta y Leon lo detecta, de inmediato sus sentidos se agudizan ante la mera idea de algo causándote dolor, su corazón se estruja ante la imagen de verte llorar. Recarga la oreja derecha en la superficie, tratando de escuchar mejor lo que sucede adentro y siente su alma congelarse en el lugar cuando percibe más sollozos.

Al carajo darte espacio, su chica está llorando y él no es exactamente de los que esperan cuando alguien que le importa lo necesita. Inmediatamente va a la sala a buscar en un cajón las llaves de las puertas de la casa hasta que da con una que tiene con plumón indeleble "LR", Leon Recámara.

Inserta la llave, gira, el seguro cede y en cuanto abre te ve llorando en la cama, abrazando una almohada aún en ropa interior. Siente su corazón romperse ante la escena. El día era soleado, caluroso pero precioso ¿por qué lloras desconsolada e intentas ocultarlo de él? ¿Porque llueves entre cuatro paredes cuando puedes salir a la luz del sol a brillar sólo como tú sabes hacerlo?

—Hey, hey, calma ¿qué sucede nena?—No tarda en arroparte en sus brazos y tú no sabes negarte ante tal tierno acercamiento.

—P-perdón...—Las palabras que le siguen a la disculpa son inteligibles porque tu llanto no se detiene y ahora no dejas de hipar cuál niña pequeña. Leon jamás te había visto así.