Off my face

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🍁TW: En este capítulo se hace mención de alcohol, uso de drogas y sexo en lugares públicos.
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Leon gruñó por lo bajo cuando su celular sonó por octava vez en su mesita de noche, la pantalla del teléfono iluminó débilmente la habitación con la llamada. Giró sobre su eje, quitando la almohada de su rostro para finalmente tomar el dispositivo entre sus manos, el identificador resaltando tu nombre con esa foto que le mandaste con una mascarilla verde que servía para no se acuerda qué.

De mala gana deslizó el dedo pulgar sobre el botón de "Contestar", para luego colocarlo contra su oído; lo primero que escuchó fue la estruendosa música de fondo, al parecer estabas en un club. Otra vez.

—¡Leon!—Alzaste la voz al punto de los gritos para escucharte sobre la música del lugar.—Oye, ven aquí ¡Necesito alguien con quien bailar y todos los chicos aquí son idiotas!

Otro pequeño gruñido escapó de sus labios cuando reparó en la forma en que arrastrabas las palabras. Incluso a través de la línea podía oler tu aliento a alcohol y cigarros, o al menos se lo imaginó.

—¿Qué carajo quieres? Sabes que son las 2AM ¿verdad?—Su voz rasposa por el cansancio te provocó escalofríos que hicieron los vellos de tu nuca erizarse. Maldita sea, se escucha demasiado sexy hablando así.

—Leon, ya es sábado, no seas tan enojón y ven aquí con tu mejor amiga a bailar, yo te invito los tragos.—Casi puede imaginarse tu carita haciendo un puchero, poniendo ojitos de borrego a medio morir para convencerlo. Como siempre.

—Precisamente como es sábado yo debería estar durmiendo, porque es mi día de descanso, no contestando tus llamadas a las putas 2 de la mañana...—Se quejó casi por lo bajo, aunque sabía de sobra que lo escuchaste.—Mándame tu ubicación, iré por ti, no es hora para que estés de fiesta sola.

Detectó la pequeña risita traviesa que dejaste escapar, como una niña que se acaba de salir con la suya y ambos saben que lo hiciste, porque Leon está consciente de que no tiene forma de decirte "no" a ti, aunque más bien: no quiere encontrar la forma. Eres ese lindo punto débil que se niega a soltar.

Después de un pequeña discusión que Leon ya tenía perdida, terminaron la llamada y mandaste tu ubicación actual a su teléfono. Luego de vestirse en tiempo récord, tomó sus llaves y cartera (en caso de una emergencia).

Mientras iba manejando al club donde estás, su cabeza se detuvo a divagar en ti. ¿Cómo demonios se había vuelto amigo de una chica de 26? Aunque la respuesta era algo simple, en internet te encontró ofreciendo a la venta unos libros y él quería retomar la lectura, lo curioso es que fuiste de las pocas chicas que no le rechazó el coqueteo.

Esa cita para la venta llevó a ir juntos por un café, luego a su departamento y cuando menos se dio cuenta, a sus 36 estaba teniendo sexo con una chica de 26 que únicamente apareció para darle unos libros. Posterior a ese encuentro, se siguieron viendo para hablar de libros y tomar café, aunque la necesidad de satisfacer la carne se manifestó, ninguno de los dos volvieron a darle pie a ello.

Él quizá porque se sentía ligeramente culpable de querer cogerse a una chica que no sabía nada de la vida (según él), y debía tener la oportunidad de salir con chicos de su edad que no tuvieran un pasado traumático. Por tu parte, Leon se convenció de que realmente no tenías más que la fantasía de tener sexo con un hombre mayor que tú y nada más, por lo que tampoco espero que aquello progresara a algo más que una amistad.

Cosa que así fue. Ambos desarrollaron una amistad bastante estrecha, Leon sintió aquello como una bocanada de aire fresco ¿hablar con alguien que desconocía por completo la existencia de las armas biológicas? ¿Qué sólo quería sostener conversaciones normales y no sobre misiones, riesgos, conspiraciones? A tu alrededor se permitía jugar a la persona común y corriente.

Leon S. Kennedy - One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora