Capitulo 14

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Capitulo 14: Conflicto

Mundos del núcleo, Sistema Coruscant, Planeta Coruscant

Templo Jedi

Pasaron dos días desde que Arnet y su flota se marcharon, dejando un rastro de resentimiento en el Senado Galáctico y en los Jedi. Aayla Secura yacía en su habitación, recostada en su cama, con la habitación sumida en la oscuridad más absoluta.

Las habitaciones del templo generalmente no estaban cerradas con seguro, ni tampoco las habitaciones personales de los Jedi. Sin embargo, esta vez Aayla Secura había asegurado su puerta.

Junto a ella se encontraba un datapad, el mismo que le había entregado Arnet. Al leerlo, sentía cómo su mundo se desmoronaba. En ese datapad se hallaban las pruebas suficientes para hacer que todo en lo que Aayla creía se viniera abajo.

Los archivos completos demostraban cómo los Jedi eran manipulados por el Senado, utilizados como mercenarios para sus propios fines políticos. Revelaban cómo los Jedi permitían que la corrupción se extendiera, dejando libre a la escoria de la galaxia y permitiendo que organizaciones criminales esclavizaran, mataran y conquistaran planetas en el borde exterior.

El datapad exponía la decadencia de los Jedi, revelando que sus ideales habían sido corrompidos y distorsionados. Todo lo que Aayla Secura creía sobre la Orden Jedi se tambaleaba frente a ella mientras revisaba los archivos detallados.

Ya no sabía en qué creer. Toda su vida había pertenecido a los Jedi; era su única certeza, su faro en la oscuridad. Pero ahora, al leer esos archivos, sentía cómo todo lo que había hecho no había marcado ninguna diferencia real.

Cada misión que había realizado, cada sacrificio, ahora parecía haber sido en vano, dirigido hacia el beneficio de unos pocos senadores corruptos en lugar de hacia el bienestar de la galaxia. Se sentía traicionada por aquellos en quienes había depositado su confianza, por una Orden Jedi que había perdido su camino.

La tristeza y la decepción se apoderaban de ella, envolviéndola en un manto oscuro de dolor y desesperanza.

Permaneció en su habitación, sumida en un mar de lágrimas y pensamientos turbios. La verdad que le habían mostrado era demasiado abrumadora, demasiado dolorosa. Se sentía perdida en un mundo que ya no reconocía, en un orden de cosas que ahora le parecían distorsionadas y falsas.

El sonido de un llamado a su puerta la sacó de su ensimismamiento. 

"Mi joven aprendiz" reconoció de inmediato aquella voz, La voz de su Maestro Quinlan Vos "Por favor abre la puerta"

Aayla rápidamente se puso de pie y se secó las lágrimas. No iba a rechazar la visita de quien era como un padre para ella.

Con un gesto de la mano, desbloqueó la puerta utilizando la Fuerza y le dio paso a su maestro. "Puede pasar, maestro", dijo con una voz entrecortada por la emoción y la tristeza que aún la embargaban.

Automáticamente, la puerta se abrió deslizándose hacia arriba, revelando al maestro Jedi Quinlan Vos con su típica sonrisa. Su cabello rizado y su actitud relajada daban la impresión de que nada lo perturbaba.

Sin embargo, al ver a su antigua padawan, su semblante cambió instantáneamente.

"Mi joven aprendiz", dijo él, "el Maestro Yoda me contactó porque siente un conflicto en tu interior... También lo detecté. Dime, Aayla, ¿qué sucede?" se acercó a su antigua padawan.

"Maestro..." dijo Aayla con tristeza, "no sé qué hacer..."

El corazón de Quinlan se enterneció al ver el estado de su antigua padawan. También estaba preocupado, podía sentir a través de su conexión con la Twi'lek que Aayla estaba en un gran conflicto interno, algo que podría acercarla al lado oscuro de la Fuerza.

Star Wars: El UNSC Llegó Para QuedarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora