Amar con tu vida, amar con tu alma, amar con todo lo que tienes en tu existencia. Eso es algo que solo haces con la persona que es la indicada para ti, con quien también corresponde tus sentimientos.
Pero, ¿Qué pasa si ese amor que tanto creías que...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
❀◦───────────────◦❀
—¿Te quedaste en Liyue después de que nos vimos por última vez?— preguntó el hombre, sirviéndole una taza de té.
—Durante un tiempo, sí... Unos cuantos años, más bien— respondió, recibiendo la pieza de porcelana con amabilidad.
—¿Fue por trabajo, o por-...?
—Me casé... Con un comerciante que conocí en ese tiempo— mencionó al instante, algo que había dejado un tanto sorprendido al otro —Lo conocí, y pues, supongo que fue amor a primera vista o algo así... Y en menos de dos meses ya estábamos juntos.
—Y... Tu esposo...
—Me quedé viuda de él hace más de trecientos años— continuó —Murió por una extraña enfermedad veinte años después de que nos unieramos en matrimonio. Y, bueno... Nunca tuvimos hijos...
—Oh... Lo siento, _____— dijo, pero la otra negó al instante.
—Ya ha pasado mucho tiempo de eso. Prefiero recordarlo con una sonrisa, que vivir en la tristeza de ese momento— confesó, volviendo a tranquilizar el ambiente de esa platica —Y... Más ahora que estoy a punto de volverme a casar con alguien más.
Después de su reencuentro, Neuvillette no había dudado ni un momento en decirle a aquella chica que podía acompañarle hasta el Palacio Mermonia, y más aún al estar entrando la noche en la Ciudad.
Aquella chica lo había reconocido al instante, la había visto frente a él, sana y salva, tan linda y radiante como siempre la había recordado.
Sin embargo, se notaba que había madurado un poco más, viéndola con ese porte elegante y cuidadoso, diferente a la aventurera que había sido en sus años más jóvenes cada vez que se embarcaba junto a su familia para realizar sus viajes comerciales.
Y claro, después de escuchar su historia en esa charla que habían comenzado en la oficina del Juez, había entendido muchas cosas que le habían venido a la cabeza al tan solo volverse a encontrar con ella.
"No soy del todo humana. Soy de una raza híbrida ancestral que se originó en el Desierto de Sumeru. Somos seres muy longevos, como las Melusinas o la Oceanidas de Fontaine."
Eso explicaba el hecho de que ahora estuviese viva, y que se viese tan joven como la recordaba en sus memorias.
Y bueno, daba gracias que ella no le hubiese cuestionado lo mismo de su persona, entendiendo que ella misma había hecho sus conclusiones con el hecho de conocer otras razas longevas de la nación Hydro.
Después de eso, la platica había avanzado hasta el tema central del porque había desaparecido en todo ese tiempo, causandole ciertas sorpresas al hombre al escuchar cada una de ellas.