~ "ℌ𝔬𝔯𝔯𝔬𝔯𝔥𝔬𝔲𝔰𝔢" ~ ─── 𝘿𝙧𝙖𝙘𝙤 𝙈𝙖𝙡𝙛𝙤𝙮 [𝑯𝒐𝒖𝒔𝒆𝒔; 2.0] ~

Cₕₐₚₜₑᵣ ₂₃

╔═ •☪• ════════════════╗

DRACO MALFOY

Y entonces, sale de la oficina de su hermano, hecha un diablo por completo.

No dice nada, no mira a nadie, ningún movimiento que logre descifrar algo, es soltado por ella. Camina hasta la salida continuando con su misma actitud dándole una orden a uno de los chóferes que esperan a los lados de los respectivos autos que han manejado para traernos hasta aquí,

— Llévenlo a casa — Y manteniendo la mirada sería, señala con la cabeza a su hermano menor.

Tanátos no desobedece, no réplica, no cuestiona, no tiene porque, el confía en Freya. El confía plenamente y solo como él lo puede hacer, ella nunca le ha fallado, a el no.

Segundos después comienza a andar hacia el camino de rocas que lleva a la parte trasera de la gran casa de Erlik.

Se que tengo que seguirla, me lo dice de algún modo que no comprendo, porque ella ni me ha mirado, pero sé a la perfección que tengo que seguirla.

El patio trasero es precioso, calmado y silencioso. Tiene una mirada hacia un lago, algo alejado, pero la tiene, el césped está cortado a la perfección y hay una banca de metal plateado limpiada cautelosamente acomodada en el sitio idóneo para poder apreciar la vista, pero ni ella ni yo nos sentamos.

Y de pronto, cuando suelta ese suspiro, sé que va a doler.

Lo que sea que vaya a decir, va a doler, y mucho.

— Sabes. — Toma su cabello con delicadeza atándolo en un moño descuidado con la liga que tiene en la muñeca. — Siempre me he cuestionado que es más importante para mí. — Los mechones descuidados y ahora claros le caen por los lados del rostro. — Si el sentimiento o el ego—.

Frunzo las cejas.

— No me malinterpretes, no el sentimiento personal. — Da un paso adelante con delicadeza. — El sentimiento ajeno, el sentimiento de los que me rodean—.

Gira su rostro buscando mi mirada y al ver que no tengo nada que agregar, continúa regresando al mismo sitio sus ojos.

— Ahora soy fría, lo entiendo. Me he vuelto aún más mala de lo que ya era, yo más que nadie lo comprendo, ya no siento como antes. — Entonces, se agacha tomando una hoja verde que por alguna razón ha caído antes de tiempo de algún árbol cercano. — Ni siquiera tu para mí te siente como antes —.

Se levanta, pero ahora, voltea todo el cuerpo mirándome, cara a cara con unos centímetros largos de distancia. La hoja juguetea entre los dedos de su mano de derecha y por un momento siento la acción como una epifanía hacia mi persona.

— Te sigo necesitando, pero ya no como antes. — Mi mandíbula hace presión en sí misma. — Ya no de la misma manera —.

— ¿Que has hecho? — Suelto sin más.

La conozco.

El juego ese de tratar de lastimarme antes para alivianar el peso de lo que sea que me ha hecho, para pensar que por todo lo que me ha dicho, lo que me vaya a confesar, no me va a interesar.

— Creí que mi traición a nuestra historia iba a quedar en el olvido, yo me aseguré más que nadie de que así fuera— Explica. — Pero Erlik es una maldita rata que siempre se ha metido en los agujeros más minúsculos para conseguir la más mísera migaja —.

Escucho un sonido de traqueteo, mis ojos bajan con curiosidad hacia su mano viendo como la hoja verde y viva ahora está negra, con aspecto de haber sido calcinada, casi llegando a ser polvo. Las puntas de sus dedos con uñas de gel puntiagudas, están negras, tan negras como el vacío que comienzo a sentir en el pecho.