~ "ℌ𝔬𝔯𝔯𝔬𝔯𝔥𝔬𝔲𝔰𝔢" ~ ─── 𝘿𝙧𝙖𝙘𝙤 𝙈𝙖𝙡𝙛𝙤𝙮 [𝑯𝒐𝒖𝒔𝒆𝒔; 2.0] ~

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DRACO MALFOY

Suspiro mirando a Freya apoyada contra la pared.

Está seria y tiene un cigarrillo entre los dedos.

Sus manos están manchadas con sangre y su rostro luce impecable e indemne.

Tanátos está a mi lado con los brazos cruzados y mira a su hermana de la misma manera que yo lo hago tratando de descifrarle.

La puerta se abre dejando que pase Erlik con Frey atrás de él.

Frey ya no es lo que es antes.

Frey es ligero y fácil de marchitar, pero ya no como en Hogwarts.

Ahora tiene aguante, y mucho más de lo que se esperó en algún momento.

Es por ello por lo que no entra con la cara llena de lágrimas y la respiración entrecortada, solo ingresa con la mirada sería y los ojos rojos a más no poder, porque a pesar de lo fuerte que se ha podido hacer con el tiempo, el sigue siendo Frey.

— Explícaselo. — Erlik le exige a la chica. — Ahora y con todos los detalles porque el más que nadie se lo merece —.

Evanora gira con cuidado frunciendo el ceño con una gracia oscura que me logra erizar los pelos.

— ¿Qué cosa quiere saber que ya no haya deducido? — Alza los hombros descuidada. — No estoy muerta—.

Las fosas nasales de Frey se dilatan con furia y le entiendo porque ese desinterés ingrato que ella regala es hostigante.

— Solo tome las vacaciones que ya me merecía. — Una sonrisa tenue se forma en su rostro y si me dan ganas de sacarla del lugar y zarandearla para lograr que entre en razón.

Frey se queda quieto, sin nada que decir.

Sus labios se abren una décima de segundo para luego volver a cerrarse y mi alma se rompe cuando noto como su mano izquierda va hacia su muñeca contraria acariciándola con nerviosismo.

Cuando supe que esta confrontación se venía, esperaba gritos, lloriqueadas y conflictos.

No un silencio pulcro que lastima.

Los pasos de Evanora se acercan con cuidado hacia el menor en la habitación.

Su mano cuidadosamente va hacia la mejilla aún morada del joven y le acaricia con una dulzura tan notoria que me hace pensar que una parte de ella aún sigue ahí, muy adentro.

— Espera afuera. — Le susurra.

Y aquí, desde mi puesto puedo observar la escena digna de un lienzo.

Freya está cerca de Tanátos, y los ojos le brillan del cariño que a ella se le destila por él.

Y detrás de ellos.

Frey y Erlik, los miran con los ojos apagados.

No hay más que decir, no tengo otra manera de explicar cómo es que se aprecian.

Pero hasta yo me sentiría celoso de como ella lo mira, porque el aura maternal que le siento cada vez que está cerca de Tanátos nunca se lo había sentido antes.

Tanátos asiente antes de sonreírle discretamente para salir de la sala cerrando la puerta detrás de él.

Sus dos hermanos mayores le siguen con la mirada hasta que cruza el umbral.

— No vuelvan a tocarlo. — Suspira antes de advertir. — No quiero volver a verle un solo rasguño, porque en el caso de que le note alguno, me conocerán realmente —.