Tarde o temprano sabía que esto iba a pasar, pero no esperaba que pasara tan pronto, y a mis 19 años ocurrió, mi padre me acababa de comprometer con un completo desconocido.Maximilian Graves era un hombre sombrío, con una cara seria e inexpresiva, intimidaba a cualquier persona con su tez pálida y su cabello negro como las alas de un cuervo, y su altura no ayudaba a aligerar la presión que sentía ante su presencia.
Me gire hacia mi padre con desesperación. - !Padre...! Por favor no me hagas ésto, no me quiero casar con ese hombre, por favor - rogaba y suplicaba.
-Deja de gastar tu aliento, este trato ya está sellado, te casaras con él. - respondió, sin siquiera cambiar su expresión llamo a la sirvienta para que trajera mis cosas las cuales para mí sorpresa ya estaban arregladas.
-¡Pero Padre...! -intente volver a hablar con el pero este me interrumpió.
-¡Silencio! Te casaras con él, y no quiero más quejas, ¿entendido?
Frustrada, solo moví mi cabeza en señal de aprobación.
Esa misma tarde, llegamos a lo que sería mi nuevo hogar, al entrar, el lugar se sentía tan desolado y sombrío como él, era una sensación extraña, ya que a pesar de todo eso, se sentía extrañamente agradable, y al mirar más detalladamente, se notaba que alguien se había esforzado en conocer mis gustos lo suficiente como para que todos los muebles encajaran con éste.
-No se que quieres de mí, pero te advierto que ni siquiera intentes tocarme.
-No lo haré, no sin tu consentimiento... -dijo con una voz profunda y calmada.
Sin responder, me fui directo a mi habitación, esperando poder calmar mis pensamientos.
Más tarde, él tocó mi puerta para invitarte a cenar juntos, a lo que accedí sin problema.
Mientras cenábamos, el silencio se tan insoportable que levanté la mirada para hablar.
-Entonces...¿A que te dedicas?
El me miró sin ninguna expresión -Trabajo en las fuerzas aéreas dentro de la milicia, ¿Tu padre no te lo dijo?
-No, por eso estoy preguntando ¿No creés?- dije sin mucha emoción -¿Puedo hacerte una pregunta? ¿Por qué me elegiste a mí? ¿Qué tenía yo que las otras no?
-Algun día te lo diré, cuando llegue el momento. En cambio, ¿Por qué te desagrada tanto la idea de casarte conmigo?
-No Me desagradaría tanto si...si no estuviera interesada en otro hombre.
El silencio inundó la sala, se quedó pensando en que decir por unos largo minutos, mientras el sonido del reloj retumbaba en mis oídos, y entonces habló.
-¿Que tal...si hacemos una apuesta? Si yo logro ganarme tu corazón antes de nuestra boda te casaras conmigo.
-¿Y si yo ganó?-pregunte con curiosidad.
-Te liberaré del compromiso, y te daré parte de mi dinero como compensación.
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El precio de un besó en la guerra
RomanceAmbientada en la ciudad de Londres en 1942 Charlotte Harper, hija de un General del ejército que se vio atrapada en un compromiso arreglado con el militar de fuerzas aéreas; Maximilian Graves, tiene que luchar para romperlo antes de que la boda se l...