El precio de un besó en la guerra

Capítulo 7

Varias semanas han pasado desde aquel acontecimiento, desde ese día, hemos dormido en el mismo dormitorio abrazados como si siempre lo hubiésemos hecho antes.

Cada día el se volvía más y más detallista, amoroso y gentil, (si es que eso era posible) y sus muestras de afecto aumentaron hasta el punto de ser algo cotidiano y hacerme olvidar por completo la existencia de Liam, al menos hasta hoy.

Hoy es el día en el que decidí cortar toda relación con aquel chico, así que al llegar el medio día me dirigí a la cafetería en la que trabajaba para pagar su humilde departamento.

Al llegar, note que no estaba en su puesto de laburó y confundida, decidí preguntarle a una de sus compañeras.

-Disculpe, se encuentra Liam Smith? -pregunte sin mucha atención.

-No corazón, el decidió salir temprano este día, ¿Necesitabas algo linda?- me dijo con una voz suave y melodiosa.

-No gracias, solo pasaba a saludar pero gracias de todas formas.- respondí sonriendo mientras me despedía.

Al salir del establecimiento me dirigí a su departamento esperando que estuviera allí, el me había dado una copia de su llave para que pudiera entrar incluso si su presencia hacia falta en aquel lugar, así que decidí hacer uso de ella luego de llamar varias veces a la puerta y no recibir respuesta.

Al entrar, el olor a perfume barato y  nicotina inundó mis fosas nasales que casi me hicieron sentir nauseas, tanto como ese olor como la estética del lugar eran completamente diferentes a la mansión Graves en la que ahora yo era la ama y señora.

Al adentrarme cada vez más un olor extraño se extendió hacia mí, un olor femenino y delicado que nunca había olido antes en este lugar, así que sin pensarlo dos veces me dirigí hacia el dormitorio.

Al entrar, aquel chico estaba besando a una chica rubia completamente desnuda recostada en su cama, aunque antes desearía estar en el lugar de esa chica, sorprendentemente esa escena no me género absolutamente nada pero me indignaba significativamente debido al supuesto amor que me profesaba cada vez que nos veíamos.

Golpeando el marco de la puerta, llamé su atención haciendo que me mirará.

-Liam, creo que tenemos que hablar- le solté sin mucha importancia.

El, sin mediar palabra se colocó la camiseta mientras me seguía, y la chica se sentó avergonzada sobre la cama.

-Terminemos este romance absurdo que "teníamos" tu y yo - le dije  tranquilamente.

-¿Romance? De que romance hablas? Tu y yo no teníamos nada. - espetó con recelo.

Ofendida ante sus palabras, me acerqué a el y le solté una cachetada, dejando la marca de mi mano.

-Entonces tú y yo no tenemos nada más de que hablar- dije mientras lágrimas de enojo corrían sobre mis mejillas, sus palabras no me habían hecho daño, el tiempo que pasamos y lo que pense que a ambos nos importaba fue lo que me lastimó.

Salí con paso firme, decidida a no volver a intercambiar palabras con él.