Los días pasaron y la presencia de Maximilian en mi vida se volvió más frecuente. A pesar de su apariencia sombría, comenzó a mostrarse amable y atento, siempre dispuesto a escuchar mis preocupaciones y a compartir sus propias experiencias. Sin embargo, mis sentimientos hacia él no cambiaban, y mi mente seguía ocupada por el chico del que estaba enamorada.Una tarde, mientras paseaba por el parque cercano a mi nueva residencia, me topé con mi mejor amigo, Liam Smith, quien había conseguido un permiso del trabajo para visitarme. Liam era todo lo contrario a Maximilian: de piel blanca como la nieve y cabello rubio brillante. Trabajaba en una pequeña cafetería del centro, donde era conocido por su amabilidad y simpatía.
Al verme, Liam corrió hacia mí y me abrazó con entusiasmo.
-¡Lottie! ¡Qué alegría verte! - exclamó con una sonrisa radiante, mientras me llamaba por aquel apodo que me puso cuando apenas éramos unos niños.
-¡Liam! - respondí con igual alegría. - ¿Qué haces aquí? ¿Cómo conseguiste el permiso?
Maximilian, quien había salido a caminar también, se acercó a nosotros con curiosidad. Liam lo miró con una ligera sorpresa, pero luego le dedicó una sonrisa amistosa.
-Maximilian, este es Liam, mi mejor amigo - lo presenté, notando la tensión en el aire.
Maximilian asintió en respuesta y extendió la mano hacia Liam.
-Un placer conocerte, Liam. Soy Maximilian Graves - dijo con su habitual seriedad.
El saludo fue cortes pero distante. Liam, sin embargo, no pareció afectado por la actitud de Maximilian y le estrechó la mano con firmeza.
-El placer es mío, Maximilian.- respondió con una sonrisa casi mecánica.
De repente suena su teléfono, a lo largo de la llamada a Maximilian se le va deformando la cara a una de preocupación.
-Maximilian ¿qué pasa?.
-me acaban de llamar de la fuerza aérea, se acaba de estrellar un avión me tengo que ir.
Maximilian se va tan preocupado que se le olvidó despedirse, me quedo a hablar un poco con Liam quien no lo hubiera visto desde hacé muchos años, eso era risa y risa pero estaba preocupada por Maximilian.
-Liam me tengo que ir, mañana voy a venir a verte otra vez a la cafetería, me invitas a un café - dije guiñándole un ojo de manera juguetona
Al despedirse, Liam me abrazó con cariño y me susurró al oído: -"No te preocupes, Charlotte. Siempre estaré aquí para apoyarte, pase lo que pase".-
Con esas palabras reconfortante resonando en mi mente, regresé a casa, lista para enfrentar los desafíos que el destino tenía preparados para mí.
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El precio de un besó en la guerra
RomanceAmbientada en la ciudad de Londres en 1942 Charlotte Harper, hija de un General del ejército que se vio atrapada en un compromiso arreglado con el militar de fuerzas aéreas; Maximilian Graves, tiene que luchar para romperlo antes de que la boda se l...