Unas semanas después de lo acontecido, me había enterado que me había quedado embarazada de Maximilian, producto de nuestro último encuentro, pero no tenía nada de que arrepentirme, yo amaría a este bebé de la misma forma en que lo amaría si su padre estuviera vivo.Por suerte no tendría que preocuparme por el dinero, ya que en el testamento de Max, me nombró la sucesora de su fortuna por si a el le llegaba a pasar algo, es como si lo hubiera predicho.
Los meses pasaron y mi abdomen fue creciendo más y más, hasta que el día del parto llegó.
Me encontraba siendo atendida por la partera y las sirvientas que aún seguía a mi cargo, mi padre se encontraba esperando fuera pacientemente a que mi retoño viera la luz finalmente.
Pero parece que el cielo me quiso consolar por mi sufrimiento, cuando dos llantos diferentes se asomaron en mis tímpanos.
Mi sorpresa fue tal que el shock en mi no pudo ser más obvio, la partera me los extendió, eran dos preciosos niños, uno con el color de mi pelo castaño y otro con la característica cabellera azabache de su padre, que dejaron de llorar apenas sintieron el calor de su madre.
Mi padre entró emocionado, mientras me miraba con anhelo y cariño mientras se acercaba a mí.
-Son maravillosos hija mía...- dijo acariciando sus pequeñas cabezas mientras me daba un dulce beso en la frente. - ¿como se llamaran?
-El se llamará Damon - dije mientras señalaba al pequeño pelicastaño.
-Hermoso nombre, ¿Y aquel angelito? -Me preguntó señalando al de pelo dolor azabache.
-Maximiliano, ese será su nombre.
Fin de la historia
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El precio de un besó en la guerra
Roman d'amourAmbientada en la ciudad de Londres en 1942 Charlotte Harper, hija de un General del ejército que se vio atrapada en un compromiso arreglado con el militar de fuerzas aéreas; Maximilian Graves, tiene que luchar para romperlo antes de que la boda se l...