Los rayos caen iluminando el Lago de Loto

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Ambos hermanos del pasado estaban uno frente al otro. Incluso si habían más personas, la escena podía centrarse en esas dos. 

El de prendas negras lo vio y trató de acercarse, tal vez cegado por quien tenía enfrente, pero pronto tuvo que retroceder de un salto y seguir alejándose ante el retorno del ataque de aquel único Jiang que quedaba. No había manera de ir por algunas palabras, o incluso fingir la pelea como en un lejano pasado. Ahora, el de morado en verdad lo mataría si le daba la oportunidad. 

Rayos cruzaban, los cuales eran evadidos o utilizando talismanes lograba regresar el látigo que venía por su cuello. Mientras atacaba, con intención de correr alrededor suyo para ver si podía solo cortarlo. Pero incluso esa gran ira dejó de ser de su antiguo hermano, y las venas del brazo cubrían todo aquel cuerpo blanquecino, como si hubiera muerto a penas "eso" lo tomó. 

Peleó enserio, una batalla que ya estaba decidido el ganador. El Jiang solo era un cadáver cegado en ira, no una persona. Cuando logró cortarle el brazo, ayudado de algunos cultivadores Lan que los rodeaban, esta persona simplemente dejó de moverse. Quedando un muñeco de musculos y huesos esparcido en el suelo. Al igual que los de la mansión Mo, solo que esta vez reconocía el rostro, veía su indistinguible forma y su pecho se apretó. 

Había ganado, pero lo había perdido todo de nuevo. 

El lan no tardó mucho en llegar a su lado, junto a más refuerzos, previendo una batalla más largo, no algo así. Y a pesar de eso, el rostro del de apellido Wei parecía tan pálido y sin expresión. Tan impropio de aquellos que hoy lo conocían como alguien enérgico a pesar de las duras situaciones, solo aquel que una vez estuvo preocupado en los tiempos pasados de los que nadie habla, pudo saber que esto no era como los otros problemas. 

Lan Zhan se acercó y tomándole de la mano lo sacó de la habitación vacía, ya algunos otros cultivadores ya habían recogido los trozos del ex líder "traidor" del suelo. Fue rápido porque no era como si todo estuviera tranquilo, este lugar estaba lleno de gente que pronto vendría y buscaría respuestas, y los Lans aún no las tenían. 

Las horas pasaron y una reunión se estableció en medio de lo que fue la sala donde "el rayo" cayó. Personas exigiendo explicaciones, ropas moradas que corrieron al lugar gritando que sintieron al recluido líder de su secta allí y otros de distintos colores calumniando a dicha persona incluso si nadie daba información. 

- Yo oí que el líder Jiang quiso matar a mano limpia a un inocente chico porque no podía aceptar que él no tuviera nada que ver con el asesinato de su sobrino. 

Decían aquellas personas que no estuvieron cerca al lugar pero recogían hechos que otros contaban. 

- Eso no es cierto, El clan Lan encerró al Sāndú Shèngshǒu por falta de pruebas en un lugar inseguro. 

Respondían las personas que habían salido, expulsados, por los de blancas túnicas. Algunos lo hacían con resentimiento ante este acto de impedir que otros ayudarán cuando este era un acto público, otros solo lo recalcaban para defender el nombre de alguien del que no se sabía su paradero. 

Todo esto era risible para aquel cultivador que quiso salvarlo, al punto de haber casi exigido en medio de la batalla que solo él podía "matarlo". El de negro estaba en la puerta de esta complicada reunión, un poco ido pero más molesto que todo. 

Le habían dicho que esperará, incluso conociéndolo, porque no era el mejor momento para hablar. Incluso aquel que, a pesar de todo seguía a su lado, le aconsejó no ir. 

Pero solo abrió con gran enojó la puerta callando a aquellos que podrían, o no, temer la leyenda que este individuo cargaba. 

Añadirlo en ese estado solo complicó las cosas. Alguien quien no le importa cruzar cualquier camino si con eso podía lograr lo que deseaba, no era alguien quien ayudará cuando las sectas deseaban condenar a un culpable. 


Las tensiones cada vez se volvían más insalvables. El actual líder Jin habló de parte "positiva" por la secta que hace algunos días eran la cúspide de lo que el camino del cultivador era. Exigieron la cabeza de alguien y Lan Xichen aceptó las culpas a pesar que aún los de la sala seguían peleando. 

Incluso el hermano del jade trató de usar un caminó distinto, y solo reafirmó la decisión de Xichen. Aquel mayor había cometido esto para ayudar a su hermano así que no le importaba recibir un castigo. 

¿Era justo o no?

Mientras caía el sol por el horizonte, los tonos de lo que era la justicia o no se difuminaban en un blanco impuro. En lugar donde no podían exigir acciones por el hecho que ya los culpables habían elegido sus lados y castigos.

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⏰ Última actualización: Mar 18 ⏰

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Loto sin la luz del solDonde viven las historias. Descúbrelo ahora