★Capítulo 6★

322 32 10
                                    

Me levante con un dolor inmenso de cabeza, sentía que todo daba vueltas en mi alrededor.

Me pase de copas.

A mi lado estaba Tierra, estaba durmiendo junto a mi. Se veía tan tierno con sus ojos cerrados y con su carita de inocente tranquila. Acaricie su cara suavemente mientras admiraba su todo moreno con sus manchas blancas.

En eso, el ya mencionado lentamente abrió los ojos y me sonrió amablemente. Eso hizo que mi núcleo latiera como loco y mi cara se volviese roja.

— Hola mi reina, ¿estas mejor? Me preguntó mi planeta mientras acerco su mano en mi cara y empezó a acariciarme la mejilla.

Asentí y lo abrazo mientras jugaba con su cabello azulado.

Un rato mas tarde, Tierra me contó que hoy toca eclipse solar; estaba exhausta y no tenía ganas pero, no tenia otra opción solo estaba siguiendo mi órbita.

El eclipse es el momento en cuando una o varias lunas tienen un momento especial para hablar con el Sol, sea para hablar sobre nuevas reglas, opciones sobre su planeta o simplemente discutir, eso era mandatorio. En mi caso, realmente no hablamos o volteaba hacia la Tierra para no tener contacto. Por lo general, no teníamos ninguna conexión. Cosa que entristecía a Tierra ya que el quería que sea mas abierta y no tan cerrada en mi misma.

— Por favor Luna, puedes aprender mas de el, el no es siempre un bipolar medio psicopatía lanza rayos— empezó a suplicarme Tierra— solo, tres veces por semana

— No Tierra, no pienso hablar con el — informe a mi planeta por milésima vez cada eclipse.

—¡ Vamos! Solo sera una pequeña charla, tan que sea unos minutos y ya ¿si?

— mmm, no

— ¿No puedes tener de amigos siempre los mismo? Conozca a mas gente, ábrete un poco

— Con los que conozco es mas que suficiente, ni siquiera pedi tener amigos y aquí estoy

Toda esta insistencia me irritaba, enserio no entienda el porque tenia tantas ganas que conociera gente. Bueno, si siempre estoy con las mismas personas y nunca hago ningún esfuerzo en conocer a gente: aunque sea la cosa por la que suplico que me pase todo los días.

No soy alguien de naturaleza abierta como Tierra entonces me cuesta bastante en abrirme con los demás o hacerme amigo. Tierra siempre intento ayudarme con eso pero tampoco no colocaba mi parte. A mi siempre me dió medio miedito al Sol y no era capaz de verlo en cara sin temblar o crujir mis dientes.

Pero este vez lo voy a intentar, por Tierra y por mi mismo ¡No tengo que tenerle todo el tiempo miedo a todo!

— Bueno Tierra, esta bien— empecé a decir rodeando los ojos— voy a hablar con el.

— Y espero que sea verdad esta vez, no me gusta cuando lo haces— respondió mi contrario acariciando me la cabeza.

"No te preocupes, lo haré por ti " pensé mientras me acomodaba para aquel eclipse.

En unos minutos iba a empezar el eclipse, me intenté calmar, diciéndome que solo sera unos minutos y que no tengo que preocuparme. Tenia ganas de voltearme y salir de ahí como siempre pero esta vez decidí conocerlo. ¿Que tan malo podría ser?

Me acordé en mi órbita y deje que la luz del Sol me reflejara, me instale cara al Sol para poder "hablar" con el; pobre de Tierra, conocerá de mi lado oscuro.

♥︎♥︎♥︎

En eso, la chica entro en un lugar muy luminoso, con varias lunas alrededor hablando con el Sol. Luna vio al Sol resplandeciendo como siempre, su cabello rubio brillaba mientras se movía como olas. Ambos se miraron sorprendido por la grandeza del Sol y la pequeñez de Luna.

— Buenas señorita, usted debe ser la luna de la Tierra, Luna! Exclamó al entusiasta aquel estrella pero calmado al mismo tiempo.

— B-buenas señor Sol— respondió tartamudeando aquella luna de lo imponente que se mostraba el Sol— ¿c-como sabe mi nombre su majestad?

— Llámame solo Sol Luna y... estuve esperando tu visita por milenarios, me informe de ti mientras esperaba el día que decidas voltear a hablar conmigo, aunque sea unos minutos.

En eso, la pobre luna planeada sintió lastimada hacia el pobre Sol. Ella nunca pensó en sus sentimientos ni nada, ella solo pensó que aquel estrella la veía cono un simple cuerpo celeste que flotaba por su sistema. Ella pensó que era solo una bola de fuego tira rayos y bipolar.

Pero en realidad era alguien gentil.

— Entonces hablemos, Sol— declaró la joven sonriendo cariñosamente.

Aquellos dos astros hablaron por horas, contaron sus gustos, sus costumbres, sus vidas. Hablaron de todo y de nada, tanto se demoraron que la luna no se dio cuenta que ya era hora de volver con su planeta. Se despidió respetuosamente al Sol y continuó su órbita.

Pero antes que se fuera, el Sol la detuvo unos segundos:

— ¿Volveremos a hablar?

— ¡Sin duda! Exclamó la pequeña luna, feliz de haberse echo un nuevo amigo.

Al volver a su órbita, se encontró con un planeta un tanto enojado con ambos brazos cruzados y una mirada sería hacia su luna.

— Te demoraste mas de lo habitual— cuestionó el planeta con vida pegado su dedo indice en su hombro.

— Perdón Tierra, no vi el tiempo pasar— respondió la mas pequeña mientras arrancaba su cabello de los nervios, era raro que su planeta de pusiese enfadado por algo así, aunque encontraba eso increíblemente sexy.

El ya mencionado solo se volteó indignado ante la respuesta de su luna mientras aquella intentaba convencerle que era la verdad.

A lo lejos, se encontraba el Sol observando la pequeña luna con la cual converso hace un momento discutiendo con su planeta. En Sol la miraba fijamente sin que ese ese astro argénteo notase su mirada.

El Sol tiene un secreto, un secreto bien guardado que ni hasta su mejor amigo, Mercurio, sabe.

Aquella estrella estuvo observando esa pequeña luna desde el día que apareció por primera vez, su cuerpo salido de un humo ante el accidente. El le pareció el ser mas hermoso jamás visto en el universo.

Podemos decir que fue amor a primera vista.

Pero el sabia que ese núcleo de aquel astro argentino le pertenecía a alguien mas.

Cuando aquella ignoraba sus visitas en los eclipses, lo ponían triste ya que el quería conocerla mas que todo. Cuando por fin pudieron conocerse, después de miles y miles de años esperando alegró aquella estrella. Quería que ese momento durase mas tiempo, lo deseaba.

Pero al ver que la mirada de su amada solo que concertase a un otro lo enfurecía.

Esa era una de las razones por la cual esa regla existe, para poder tener a Luna para el solo.

Sin importar las consecuencias... sin importar nada.

Amarte en silencio ☆Tierra x Luna☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora