★Capítulo 8★

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Venus estaba jugando con los pequeños Phobos y Deimos. Ella intentaba mostrar ser distante aunque los pequeños querían jugar con ella.

Los pequeños estaban jugando de que ellos eran caballeros y tenían que salvar a la princesa del dragón. Venus pensó por un segundo que ella le tocaría simular la princesa pero, los pequeños sacaron una muñeca de uno de las lunas de Neptuno.

— ¡Venus! Podrías ser el dragón?— preguntó Deimos con unas orejas y una cola falsa.

— ¡Ella no va querer Deimos! Exclamó Phobos dandole un zape a su hermano.

— ¿ah?

Venus no sabía que hacer, no se esperaba que era hiciera el rol del dragón pero al final aceptó. Ella imitó rugidos mientras perseguía los pequeños se reían ante los graciosos ruidos de la mayor.

La chica sentía algo de nostalgia mientras jugaba con los pequeños. Eso le recordaba a su hija, a su única luna...

♥︎♥︎♥︎

Hace mucho tiempo, Venus encontró una pequeña luna abandonada en su órbita. Eran los inicios del sistema solar, recién se había creado junto con Tierra, aunque eso es solo una teoría.

*Nota: Los planetas al nacer, nacen como bebés pero ya llegando al millón ya son adultos ya que ellos crecen lentamente*

Ya había pasado millones de años y la pobre chica se sentía sola. Tierra (o en ese momento Proto-Tierra) tenía a Theia y Mercurio estaba con Vulcanio o el Sol, los otros planetas no los conocía bien. Lo mas que todo que deseaba Venus era tener un acompañante.

En eso, se encontró con una pequeña luna, estaba abandonada en su órbita. Como no había nadie a su alrededor, Venus decidió hacerse cardo de la pequeña. Era una pequeña luna, casi como un asteroide con cabello rizado. Venus, encantada de la lunita, la llamo su hija, Neith.

Unos miles de años mas tarde, la pequeña creció siendo una niña muy exploradora y siempre buscaba al rededor. Ella se entendía muy bien con Tierra y Theia, tanto que logro que su madre establezca una relación de amistad.

En ese momento, Venus había desarrollado condiciones para sustentar vida, algo que impresionaba a los otros planetas.

— Wow Venus, que increíble!— Exclamó Theia observando sus todos azules y verdosos de la superficie de Venus.

— Tienes razón, es muy hermoso Venus! Te envidio— replicó Proto-Tierra igual de admirado pero algo recaído ya que el también deseaba sustentar vida.

— ¡No digas eso!— reconfortó la chica peli-marrón al ya mencionado mientras le acariciaba su hombros de consuelo. Ese tal acto lo hizo sonrojar.

— Mi amigo, Marte, también tiene agua y condiciones para la vida!— exclamó el planeta de fuego (en ese momento) dirigiéndose a Venus.

Venus, algo sorprendida y emocionada, ante el echo que podría aver otros como ella.

— Lo ves Mami, conocer a otras personas es bueno— dijo la pequeña Neith a su madre sosteniéndola de la mano. Venus solo se contuvo a sonreírle.

Los planetas sin vida se dirigieron a la órbita de Marte para poder prepararse con Venus. Al llegar, aquella se quedó sorprendida al conocer al ese planeta.

Tenia el cabello ondulado, rojo pero con tonos de azul y algo verdoso. Este sonrió encantado de conocer a su "competencia" o "igual".

— Mucho gusto, tu debes ser la madre de la querida Neith, Venus— comentó el ya mencionado besándole su mano como una dama, soy Marte, un gusto.

Amarte en silencio ☆Tierra x Luna☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora