Amarte en silencio ☆Tierra x Luna☆

☆Chapítulo 16☆

— ¡RHEA!— exclamaron Saturno y Titan al encontrar a la ya mencionada. La chica tenía ojeras y se veía desnutrida.

— H-hola chicos...— contestó la peli-café y pecosa. Titán inmediatamente de dio algo de comida y un bebedizo.

Titania veía como Titán cuidaba de su amiga. Los miraba np con celos sino con... melancolía.

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Titania nunca tuvo un amigo, o al menos uno por decisión propia. Todo se acercaban a ella por simple piedad, nadie realmente les daba curiosidad conocerla, solo ya después de conocerse. La veían como alguien dura y fría como Urano.

Cuando conoció a Titan en la revolución , el realmente notaba estar interesado en ella y veía mas en ella que solo una burla. Ella realmente lo quería mucho y quería ser su amigo, pero nunca se atrevió a preguntar.

"¿Que tal si solo fuese mentira? ¿Que tal si es un acto? ¿Que tal si no era tan interesante como se lo imaginaba? " — se decía a si misma la chica de color chocolatoso. 

Y cada que tuviese el coraje de hablar con el, este estaba hablando con las otras lunas de Saturno y la chica le incomodaba meterse en la conversación, se sentiría que no debería estar ahí.

Titan fue el que dio el primer paso en acercarse a ella después de la revolución. Poco a poco, se visitaban e hablaban de todo, tanto de su relación con sus planetas que de ellos mismos.

Titania sentía que era un sueño echo realidad. Se sentía libre e ella misma al hablar con Titan. Al notar eso, se avergonzó. Pensaba que al estar con Titan la debilitaba, la adormecía. Odiaba eso, ¿y si las otras lunas lo supieran? Se burlarían de ella por no ser lo suficientemente fuerte y ser una débil de mierda, una sumisa. Ella tiene que ser independiente, fuerte, fría como le decía los demás.

Con ese pensamiento, ella trabajo sin cesar, hasta que siente que sudaba sangre. Este pensamiento cada día la atormentaba, hasta tal grado que trabajaba tanto día como de noche, no descansaba ni un segundo y remplazaba sus compañeros. Ella tomaba el rol de todo el mundo, para mostrar que era suficiente, que era fuerte, que no necesitaba a nadie, que valía algo.

Esto causó que esta se desmayara por sobre-trabajo.

Titania odiaba sentirse inútil — "yo debería estar trabajando, no perdiendo el tiempo en comer o siquiera verme bien — se decía — ¿Porque no puedo ser mas fuerte?"

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De repente, Titan la saco de esos recuerdos. Esto saco un suspiro de alivio en la chica, pero aún sentía culpa y esos pensamientos volvían.

Titania se acercó a Rhea, veía su panza con una mirada fría, cosa que la contraria noto y le saco un poco de escalofríos. Tímidamente, Rhea le ofreció a Titania que tocara su vientre para calmarla, ya que esta se veía tensa, la cual algo dudosa, la sobó. Ella sentía como el bebé se movía y le daba patadas, la peli-negra le asustaba pero le parecía fascinante. Al darse cuenta que se ablando, Titania quito su mano del vientre y la felicitó secamente.

"Soy alguien fría e independiente, no puedo ser débil" — se decía secándose sus ojos humedecidos.

Titania aún observaba a Titan y Rhea verse tan cercanos. Rhea se notaba sonrojada al acercamiento de Titan a su panza o a ella, ¿sera que Rhea esté enamorada de Titan?

Titania frotaba su cabeza de un lado para el otro, creyendo que esto no es posible o mejor dicho, no quería creer que eso podría ser una posibilidad.

Titania no puede enamorarse, ella no encariñarse ni que alguien la cuide. Ella puede hacer las cosas sola, como siempre lo ha echo, como Urano le a enseñado.

"Tienes que ser fuerte" entonces no mostraré emociones, ni hasta que me obliguen con a muerte.

"Tienes que ser alguien independiente, una mujer fuerte" entonces no necesitaré de ningún hombre ni de nadie, ni hasta que me este ahorcado, lo podré hacer sola. No necesito la ayuda de nadie.

"Quiero que seas tu misma" No, seré lo que me digas, lo que me has dicho, dices y dirás. Y quieres que sea independiente, lo seré. Si quieres que sea fuerte e indiferente, lo seré.

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Luna estaba mirando unas fotos que Jupiter le dio. La muchacha peli-plateado buscaba desesperadamente una foto en específico.

Al encontrarla, era una foto de una muchacha con cabello castaño ondulado, piel morena y pecosas y un largo vestido blanco. La chica sonreía con el sol por detrás, dandole una impresión que la luz se ocultaba detrás de ella. Sin que siquiera la conociera, ya se imaginaba su risa, una risa de puerco y algo torpe.

La albina admiraba aquella foto, unas cuantas lagrimas soltadas que recaían sobre la foto. Luna sentía que se hundía entre sus propios lloriqueos.

"Ella debió estar con Tierra, no yo, solo soy un error" — habló en voz baja mientras abrazaba la foto contra su pecho. Culpándose de haber existido, culpándose de la muerte de Theia.

Tierra, quien este estaba buscando a su amada, la encontró tirada sobre un asteroide, llorando. Este inmediatamente la abrazo para calmarla, diciéndole cosas bonitas y dandole besitos por su cara.

— Mi reina, todo estará bien — decía Tierra sin parar mientras la acariciaba.

— No te merezco... — se decía Luna mientras se recostaba entre los hombros de su pareja, abrazándolo fuertemente. La grisácea y blanca se imaginaba a Theia y Tierra y como estaría de feliz su novio y estuviese con ella a cambio de ella, asegurándose que solo es un remplazo de verdadero amor de su vida.

A Tierra realmente le lastimaba como la mujer que ama lloraba descontrolaba mente entre sus brazos. De repente, noto que algo se cayo entre sus manos y encontró una foto de Theia. Al comienzo, no la reconocía pero al notar mejor la foto, recordó todo.

Ya pensaba que la había superado, que ya había superado el accidente, que ya podría avanzar sin tener nostalgia y llorar todas las noches mientras que Luna lo acompañaba. La cantidad de veces que le toco ocultar todo estos recuerdos, tantos buenos como malos de Theia, para poder mejor y pasar la pagina. Que cada que veía a Luna le recordaba a Theia y sentía culpa por pensar de tal manera.

Pensó ya podría mirar el pasado de frente sin llorar.

Luna noto como Tierra tenía los ojos humedecidos, su respiración aumentaba y como la foto se arrugaba por la cantidad de fuerza que la agarraba.

Ya se arrepentía de haber llorado, ella no lo necesitaba, Tierra lo necesitaba.