Capitulo 8 "Dejame ir o dejate llevar"

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Povs' Hermione

_ ¿Malfoy hizo qué?_ Ginny estaba caminando de un lado al otro por el living de Hermione, en algún momento de la reunión, su amiga había insistido demasiado en por qué estaba tan callada y ella derramó todo como si estuviera a punto de romperse, maldita, sí que sabía sacar secretos.

_ Ginny, detente, me estas poniendo nerviosa

_ Si que sabes desviar la atención Hermione, ¿cómo es que estoy más contenta de que al final te hayas tirado encima de Malfoy que por mi maldita boda?

_ Puedes comenzar a borrar tu sonrisa, no volverá a ocurrir. Fue un error, Draco...

_¿Draco?_ Ginny la miraba con los ojos muy abiertos y Hermione sintió el calor subir por sus mejillas.

_ Crei que era raro seguir llamándolo por su apellido después de nuestro beso

_ Ya veo... He oído esta historia antes. Hermione, se va a casar, ¿por qué detenerte ahora? tendrás tiempo de sobra para olvidarte de él

_ Se supone que eres mi amiga, ¿no deberías decirme que es una pésima idea y que no vuelva a hacerlo?

_ Olvidate de eso, es lo más interesante que te ha ocurrido este último tiempo desde que dejaste a mi pobre hermano.

Hermione rodó los ojos con molestía, pero su amiga tenía razón, su vida era monótona, normal, aburrida.
Incluso su separación con Ron fue demasiado pacífica, sacando la tensión del principio, todo había estado bien y seguían siendo buenos amigos.
Si las cosas se complicaron tenía que ver con su necesidad de dejar el mundo mágico atrás, lo que hacía que cada vez se sintiera más desconectada de sus amigos e incluso de su misma, al fin y al cabo, la magia era parte de ella, ignorarla solo empeoraba la situación.

Después de eso, no ocurría mucho, iba a un trabajo que no le apasionaba, que la hacía pensar demasiado en su futuro y eso le revolvía el estómago. Volvía a su casa y disfrutaba de un libro o una película, sola, se dormía a un horario más o menos decente, sola, se levantaba y todo empezaba de nuevo, con la compañía de nadie más que si misma.

Por supuesto que estaban las pesadillas, las dudas, los miedos. Antes de volver a activar su magia, tenía episodios de angustia y estrés, donde no podía controlar su magia y los gabinetes de su casa se abrían y se cerraban solos, o las luces titilaban hasta que se calmaba y todo era tranquilo de nuevo. Una vez cuando estaba enojada, Hermione explotó sin querer todas las ventanas de la cocina. Estuvo hospitalizada dos dias por eso.

Ginny siguió hablando, sacándola de su pensamientos:

_ Aparte, ¿de qué sirve engañarnos? está escrito en tu cara, deberías dejar de preocuparte por lo que es correcto, te lo has ganado. Por una vez en tu vida Hermione Granger, deberías hacer lo que sientes.

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Y lo que sentia se había sentido bien. Cuando ella tomó el borde de su camisa y lo atrajo hacia su boca, desesperada y urgente con tenerlo. Una palabra vino a su cabeza cuando enredó las manos en su pelo y jadeo sobre su cuello: Magia. La podía sentir en sus dedos, crepitando y temblando, llamándola. Lo habia reprimido tanto tiempo, pero estaba ahi y rogababa que ella lo arrancara.

Le decía: Estoy aquí, soy parte tuya, no me olvides.
Ahora Draco reclamaba lo mismo.
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Cuando terminó su turno, Draco la estaba esperándo. Dio el primer paso y tuvo que contenerse de tocarlo.

_ Malfoy, ¿qué haces aquí?

_ ¿Creíste que las prácticas terminaron, Granger? no vas a librarte tan fácil de mi_ dijó despreocupadamente mientras le guiñaba el ojo.

¿Cómo podía estar así? como si no hubiera ocurrido nada, haciendo como si fueran solo amigos y esta fuera su rutina, que lo era, hasta que lo arruinaron todo dejándose llevar, creyendo que por una vez era una buena idea.
Estaba cansada, él podría fingir todo lo que quisiera, pero ella no iba a seguirle la corriente.

_ No creo que sea una buena idea

Él se quedó en silencio un momento, luego tomó otro paso y le tocó vagamente la mano

_ No lo es, pero desde que llegaste no hago más que tomar malas decisiones

Hermione estaba arruinada, sabía que Draco Malfoy era un huracán y venía a llevárselo todo y ella iba a permitírselo.

Caminaron hasta su departamento y las prácticas siguieron con normalidad, la incomodidad estaba en el aire y parecía que ambos eran demasiados conscientes de sus cuerpos, a comparación de otras veces, no había roces accidentales ni miradas inquisitivas.

En un intento de probar un nuevo hechizo, Hermione terminó en el piso en busca de aire, mientras lloraba. Él le tocó la mejilla, secando sus lágrimas, despues de unos minutos que se sintieron eternos, sus dedos fueron a sus labios y Hermione lo miró a los ojos, suplicando.
Él no dudó un segundo más y la beso, al principio fue un beso tierno, con algo de miedo y sabor a sal, como si estuvieran pidiendo permiso para ir más allá, hasta que él llevo las manos a su espalda y susurró contra su boca:

_ Dime que pare

Pero no lo hizo, en cambio, se presionó contra él y sintió su cuerpo caliente y entregado. Besarlo era una sensación completamente visceral.

Vertigo, era como caer al vacío pero en vez de un red estaba los brazos de Draco.
Y sus labios,
sus susurros que imploraban más,
y ella quería dárselo.

Hermione se apartó y sacó su varita, él la miró asustado de que ella se marchara de nuevo, podía ver la batalla en sus ojos, esa voz que le decía que la dejara ir y a la vez nunca soltarla. En cambio, ella murmuró un hechizo y se deshizo de la ropa de Draco y luego se apuntó con la varita e hizo lo mismo con la suya.
Observó cada centímetro, estudiando, admirando, él le recorrió el cuerpo con las manos hambrientas, mientras los guiaba de espalda a la cama, le dijo con una sonrisa:

_ Vas a tener que enseñarme ese hechizo

Ella asintió antes de volver a besarlo.

Meet me for a coffee (maybe I let you in)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora