seis

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Dani sigue a mi lado pero ninguno de los dos dice nada. Miro hacia Leila y entonces me doy cuenta de que Joel esta extremadamente cerca de los labios de mi amiga.
Me quedo mirando fijamente, a Leila nunca le ha atraído este chico y no logro entender que carajo esta haciendo. Sus labios están apunto de juntarse del todo, cosa que me desconcierta. Apoyando mis manos en la mesa dejo todo mi peso sobre las dos patas traseras y hago impulso. Caigo al suelo y cuando mi pelo roza la mesa de atrás me doy cuenta de la tontería que estoy haciendo. Por poco. Llego al suelo y el estruendo que envuelve el aula llama la atención de todos. Enseguida media clase me rodean y Leila aparece a mi lado con cara de preocupación, Dani me ayuda a levantarme y pone la silla en su sitio.
- ¿Por qué has hecho eso? Te he visto.- Me dice en voz baja.
Me acaricio la nuca, en parte porque me duele y en parte porque no se que decir.
No me da tiempo a contestar ya que Leila me agarra del brazo y me gira bruscamente.
- ¿Eres idiota? ¿Estas bien?- Doy un paso hacia atrás para que deje de sobarme la cabeza.
Todos empiezan a alejarse al ver que estoy bien y no necesito ayuda.
- Estoy bien, solo me he desestabilizado.
Mi amiga me abraza.
- Tengo que contarte algo.- Me susurra al oído.
- Dime.
- Luego te cuento, aún que te parezca raro, creo que te debo una.
Y entonces le entiendo perfectamente.
En el recreo me cuenta lo que horas antes había visto con mis propios ojos.
- No sabes lo arrepentida que estaría ahora.- Dice para finalizar.
- ¿Entonces por qué le seguiste el rollo?- Le digo alterada, ya que me podría haber ahorrado el numerito.
- Fue el momento, sabes que nunca me he liado con nadie y tenia la oportunidad justo delante. Imaginate que no llegas a ser tan torpe, mi primer beso a la mierda.- Bromea.

A última hora Daniel se me acerca.
- ¿Estas mejor?
- Sí.
No me pregunta el porque así que se lo agradezco.
- He hablado con mi hermano.
- Oh... ¿Como esta?
- Mejor, esta pensando en que hacer.- Suspira como si su paciencia estuviera llegando al límite.
- ¿Prefiere vivir una mentira a no tener nada con ella?
- Eso parece.
Mi cabreo con él está llegado a unos niveles insospechados.
Dos cuartos de hora más y podre irme a casa. Ellie estate tranquila.
A la salida no espero a Leila, salgo corriendo y quince minutos después estoy en casa.
Me tiro en la cama y rompo a llorar. No puedo culparle por querer estar con ella aún que vaya ha acabar mal y eso haga que el sufra cuando yo llevo jodida por un chico tres años y no soy capaz de desengancharme. Posiblemente él tampoco. Ilusiones y desilusiones en eso se podría basar mi relación con Jesús.
- Lizi, la comida está lista.- Escucho la voz de mi hermano tras la puerta.- Liz, ¿estás ahí?
La puerta del cuarto se abre y este entra.
- Yey, whats up?- Dice sentándose a mi lado en la cama y acariciandome el pelo.
- No pasa nada Justin, ahora bajo.
Pero no se va, se tumba a mi lado y empieza a contarme como una chica de unos treinta años a intentado ligar con el en el trabajo.
Desde que trabaja de dependiente en una tienda siempre tiene algo de lo que hablar y sacarme una sonrisa. Cosa que logra. Al final le miró y me sonríe de vuelta.
- ¿Bajamos? - Le digo.
- Vale, pero olvidate de eso que te ha hecho estar mal. ¿Lo prometes?
- Lo intentaré.
Mi hermano niega con la cabeza mientras ríe.
Y es que no es tan fácil hacer borrón y cuenta nueva de algo que se ha estado escribiendo durante tres años.

No lo olvides | canceladaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora