Desde que decidí apartar a Dani de mis problemas con su hermano nuestra extraña amistad avanza a pasos de gigante.
Medio instituto habla de nuestra posible relación, la cual es inexistente. Pero a él le gusta caminar conmigo por los pasillos y aparentar ser una bonita pareja de enamorados.
- ¡Nena!- Escucho que gritan.
Por Dios, casi prefería cuando me llamaba por mi nombre completo.
Me giro y me encuentro a los hermanos Oviedo caminando hacia mi.
Dani corre y me abraza, lo que hace que suelte una gran carcajada y entonces veo como su hermano pasa de largo dedicándonos una mueca de disgusto.
- ¿Qué le pasa a tu hermano?
- Ni idea, habrá discutido con Sofía.
Me aparto de él y miro como Jesús camina por el pasillo. Noto las manos de Dani en mi espalda y me empuja levemente.
- Venga, llegamos tarde.
Me giro sonriente y dándole un golpe en el hombro grito:
- Tú la llevas.- Y echo a correr.
Cuando estoy apunto de entrar en clase me giro para mirarle y esta a dos pasos de alcanzarme.
- Cuidado.- Me advierte.
Y entonces impacto contra alguien.
- Dani tío, controla a tu Usain Bolt.- Dice Jesús mientras me separó de él.
- Lo siento.- Le susurro.
Y entro en clase notando como mis mejillas toman un color carmesí. ¿Cuando dejare de sentir lo que siento por él?
Estas semanas Dani me ha ayudado a alejar mis pensamientos de su gemelo, pero no a olvidarme del todo. Cosa que no me hace ninguna gracia.
Me siento junto a Leila la cual me mira esperando a que le explique mi poco notable mal humor, pero del qué, como siempre, ella se ha dado cuenta.
- Oviedo.- Le digo.
Y ella ríe sonoramente.
- ¿Qué es lo que te hace tanta gracia Leila?
- Simplemente el hecho de que sigas con esa tontería. Dani esta ahí para ti, y tu rayada por su hermano.
- Para empezar, "Oviedo" les engloba a los dos, y además, no voy a estar con Dani si no siento nada por él.
- Sin embargo le sigues el rollo provocando que se pille aún más por ti, tonta.
- Es mi amigo. No le voy a rechazar un abrazo, eso sí, como intente besarme la cobra la tiene asegurada.
- Ellie lo tuyo no es ni medio normal.- Dice negando con la cabeza mientras ríe y vuelve a sus deberes.
Dejándome así, sola con mis pensamientos.
Jesús no me aguanta, sin embargo me gusta. Dani esta ahí, y no veo una posible relación.
El profesor entra y empieza a dar clase. Díez minutos después mi móvil vibra.
Lo saco y escondiendolo bajo la mesa desbloqueo la pantalla.
Bebito guapo te ha enviado un mensaje.
Dios Kelsey, no vuelvo a dejarte el móvil en la vida.
Entro en el chat y leo el mensaje.
"Bebito guapo: me aburro ;)"
"Dani deja el móvil! Jajajaja" Le envío y guardo de nuevo el teléfono. Noto como vibra de nuevo, me giro hacia su pupitre y le encuentro mirándome, le digo que no y me sonríe ampliamente poniendo cara de cachorrito. Le digo que no de nuevo y me giro.
Mi móvil empieza a recibir mensajes seguidos y frustrada saco el móvil otra vez.
Entro en el chat y una sonrisa adorna mi rostro.
"Bebito guapo: Prefiero no escuchar ahora y que me lo expliques luego
Vaaa contestaaa
Nena
Va
Te quiero
Te quiero
Te quiero
Te quieroooo"
Le escribo un simple "Dani ya basta"
" Bebito guapo: Bueno vale. Te quiero igual."
Noto como Leila mira a la pantalla y riendo me arrebata el teléfono de las manos.
Cuando me lo devuelve me encuentro un "yo también te quiero" al lado del cual aparece el doble chek azul al instante.
"Bebito guapo: Bueno, creo que soy jodidamente feliz ahora mismo."
"Jajajajajaja, deja el móvil ya tonto" Le escribo y espero su respuesta.
"Bebito guapo: a sus ordenes."
Y se desconecta.
- Te gusta.- Escucho decir a Leila mientras guardo el móvil.
- Me gusta Jesús, lo sabes.
- Creo que intentas autoconvencerte.
- ¿Por qué tendría que hacer eso?
- Por miedo, son muchos años detrás de él, sin salir de tu zona de confort. Creo que lo que pasa es que te da miedo que al admitir que te gusta Dani algo cambie.
- Bueno.
Empiezo a escribir en mi cuaderno intentado evadir el hecho de que Leila tiene razón. Pero no logro entender como Dani ha llegado a gustarme tanto en dos semanas, si por Jesús estuve tres años y no llegue a sentir lo que siento ahora ni de lejos.A la hora del almuerzo Dani viene hacia mi sonriente.
- Ellie, ¿podemos hablar?
Asiento y comino junto a él por el patio. Nos acercamos a una de las esquinas. Se para frente a mí y me mira fijamente mientras se acerca poco a poco dudoso.
Pero... ¿no íbamos a hablar?
Ellie aléjate, aléjate, Ellie por favor, aléjate. Me repito a mi misma una y otra vez.