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Victoria caminaba rumbo a la cascada en donde dijeron que se encontrarían, al llegar la vio mirando el horizonte.

- Lara. – Llamó aquella vampiresa, al escuchar su nombre Lara volteó.

- Victoria. – Sonrió

- Todo salió como lo planeaste, los Cullen piensan que estás muerta... ¿Cómo lo supiste?

- Alice. – Dijo sonriendo. – Siempre supe que preferiría a Isabella, todos ellos tienen una preferencia con Edward, harían lo que fuera por él, exceptuando a Emmett y Rosalie claro. Tenemos que prepararnos para la batalla, ellos lo están haciendo con Jasper, es lo más seguro.

- ¿No lo sabrá? – Preguntó Victoria, ignorando lo dicho por Lara, ella no dejaría aquella niña fuera participe de la batalla.

- No, no fuiste tú quién tomó la decisión. Sabía que al mandar a Riley por Isabella la mataría, por eso me puse en bandeja, aunque tengo una curiosidad. – preguntó la pelinegra. - ¿Por qué estas ignorando lo que te digo?

- No serás parte de ello, no quiero que nada te pase. Lara – Dijo acercándose a ella. – Ahora vivirás eternamente, viaja como siempre lo quisiste hacer, no quiero que estés en una batalla en donde muy seguramente perderás la vida.

- Soy tu factor sorpresa. – Susurró. – No te dejaré sola, Victoria. Tengo que estar contigo para ayudarte, los Cullen no me harán nada, Jasper no dejara que lo hagan.

- No Lara, no está en discusión...

- Mis dones, te servirán de mucho, tengo que estar ahí. –

- No, y es mi última palabra. Cuando llegué esa tarde y te vi ahí cubierta de sangre, apenas viva creí que no podría salvarte, afortunadamente eso no pasó, no volveré a arriesgarte por mis fines egoístas. – Dijo agarrando las manos de la pequeña niña que quería tanto. – Déjame cuidarte Lara, no puedes estar en la batalla. Es hora de que solo pienses en ti y cumplas todo aquello que me dijiste... No sé si podré ayudarte a cumplirlo, pero. – Hizo una pausa por las ganas de llorar que sentía, era difícil despedirse de esa chica que tanto había hecho por ella. – Pero, quiero que sepas que en los pocos meses que convivimos me hiciste muy feliz, me ayudaste a tratar de lidiar con la perdida de James y siempre te estaré agradecida por eso. Cuídate mucho niña. – Dijo dándole un beso en la frente y yéndose de ese lugar.

Victoria nunca asesinaría a Lara, todo tenía que ser así, la misma Lara se lo había dicho tenían que ser cuidadosas para que todo saliera justo como ellas querían, habían jugado con los puntos ciego del don de Alice.

La verdad era que la primera vez que Victoria vio a Lara no fue en aquel partido de béisbol, la había visto junto a su tío en una caminata de senderismo, James y ella se quedaron impresionados, aquella niña era el vivo reflejo de aquella amiga tan querida que alguna vez tuvieron, Amanda Barnes. Tiempo después de la muerte de James, cuando envió a Laurent averiguar si Bella seguía bajo el cuidado de los Cullen este le contó que aquella vez en donde actuó de buen samaritano avisando a los Cullen acerca de James escuchó a la muchacha defender al vampiro, ella no estaba de acuerdo con lo que querían hacer, aunque claro nada de eso había servido, James estaba muerto.

Victoria visitaba a menudo a aquella muchacha, queriendo saber más de ella, escuchando muchas veces como despotricaba acerca de esa asquerosa humana que le había arrebatado a su amado James, el plan era simple, acercase a ella fingir ser su amiga para saber información de los Cullen, pero no contó con que esa niña había previsto que eso pasaría y lo que le sorprendió fue que aceptó ayudar con dos condiciones: no les haría daño ni a ella ni a su tío, y la segunda era que se asegurara de matar a Isabella Swan. Ella estaba de acuerdo con ese plan, conforme la fue conociendo se dio cuenta que no solo se parecía en físico a Amanda, sino que hasta la personalidad de ambas era exactamente la misma, es por eso que se juró así misma que no dejaría que nadie le haría daño, la protegería como no pudo cuidar de su amiga.

Es por eso que cuando empezó la batalla contra los neófitos la dejó de lado, no quería que ella fuera parte de eso, aunque ella insistió en ayudar, pero no la dejó después de todo Lara tenía sus propios planes a cumplir.

***

Una vampiresa se acercaba hacía ese castillo en Volterra, entró sin ser vista usando su don que le permitía ocultarse de quién quisiera, al entrar a la sala del trono, se encontró con aquellos vampiros que el todo el mundo vampiro tenia, aquella realeza que decían hacían cumplir las leyes en su mundo más ella sabía que aquello no era así. Solo bastaba echar un vistazo al pasado para observar como Aro mató a su propia hermana para no perder a Marco.

- Buenas noches reyes. – Dijo apareciendo frente a ellos, dejando sorprendido a los tres ya que ninguno sintió su presencia. De inmediato se sintieron desprotegidos y en peligro ya que no contaban con sus mejores armas al lado. – No vengo con animo de pelear, vengo a ofrecer mis servicios, gozo de poderosos dones que pongo a su disposición. – Dijo dando una pequeña reverencia frente a ellos.

- ¿Dones? – Preguntó Aro, con los ojos brillando de avaricia. – Me permites. – se acercó a aquella misteriosa vampira, ella sin decir nada ofreció su mano. Aro al entrar a su mente solo vio los recuerdos que aquella chica quería que él viera, los recuerdos felices con su tío, su cercanía a la familia Cullen, su conversión, y el odio que sentía por ellos, además de mostrarle los dones que poseía: ocultamiento, podía desaparecer sin dejar rastro alguno, no podían verla, en pocas palabras era indetectable... Pero lo que lo asombró era que poseía esos dones que siempre quiso en su poder, los dones de Edward y Alice Cullen. – Maravilloso. – Dijo sonriendo. – Hermanos, hoy nos han premiado con este hermosa jovencita, que nos ha ofrecido sus espectaculares dones a nuestro servicio.

- ¿Solo así? – Preguntó Cayo quién dudaba de la aparición de aquella joven y de lo que pudiera significar para ellos. Lara intuyendo esto, uso otro de sus dones, la manipulación mental para que este la aceptara.

- Sé que es raro mis reyes, pero por mis servicios solo pido una sola cosa. – Dijo mirándolos fijamente, Aro quién ya había visto todo, sonrió, le daría lo que pedía. Aquel pedido solo lo beneficiaria, y con ella en su poder ya no necesitaba buscar escusas para asesinar a los Cullen.

- ¿Qué pides a cambio entonces? – Marco habló esta vez.

- Venganza. – Dijo sonriendo, para después contar lo que los Cullen habían hecho con ella.

Y así el primer paso de su misión estuvo completado... Nadie sabía lo que esa chica planeaba, solo ella y Victoria.    

LARA //Jasper Hale//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora