El Maestro Del Ilusionismo

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La ilusión del extraño era casi real, al punto de confundir al mismo Maestro del Ilusionismo. Por más que lo intentaba no lograba desvanecer aquella ilusión tan perfectamente conjurada.

El joven recorría las frías y oscuras calles defendiéndose de los ataques de monstruosas criaturas que le salían a su paso agotándolo cada vez más. Sus propias ilusiones eran débiles en comparación con las que empleaba el extraño. Pero no se dejaría vencer, aquel era su territorio, suyo y de nadie más.

Encendió las luces de las calles con su propio poder logrando que varias criaturas se desintegren al instante. La voz del extraño retumbo en el lugar como eco siniestro:
- Inteligente joven, no esperaba menos del Maestro del Ilusionismo. Pero tendrás que esforzarte mucho más para vencerme

El joven siguió el eco de su voz hasta dar con él, se encontraba apoyado en la pared de un edificio cruzado de brazos. Su serenidad seguía indignándolo como también lo frustraba el no poder verle el rostro.

Dejó su postura cómoda para colocarse de pie frente al joven y sin decir nada se transformó en niebla densa y oscura que lo atacó sin previo aviso. El joven, irritado, sintió que era atravesado por mil cuchillos y los dolores se volvieron reales.

Llegó un momento en el que no pudo más y cayó de rodillas al suelo. La niebla volvió a transformarse en el extraño quien desvaneció su ilusión regresando el lugar a la normalidad. Nuevamente estaban en el interior de una sala carente de muebles. El Maestro del Ilusionismo había perdido.

- Ahora tomaré lo que me pertenece - dijo siniestramente el coleccionista extendiendo su brazo derecho y apuntando al joven con la palma de su mano - Tu Resplandor

- ¿Quién...eres...tu? - la arrogancia del joven seguía en su persona
- Un Coleccionista - inmediatamente una luz verde iluminó al joven quien sintió intensos dolores inimaginables.

Lentamente fue saliendo del interior de su cuerpo una hermosa Esmeralda que brillaba con luz propia.

Cuando la joya estuvo frente al joven flotando en el aire este perdió el brillo de sus ojos y su vida misma. Su cuerpo cayó al suelo carente de energía vital

- Y tu Resplandor Verde es mío - encapsulo la joya en el interior de una esfera negra transparente para lanzar una siniestra carcajada que retumbó en el aire mientras se desvanecía la joya encapsulada

Inmediatamente todo fue desvaneciéndose, la fachada misma se desintegró para mostrar su verdadero aspecto: un caserón esplendoroso. Los muebles iban apareciendo en cada habitación.

Los habitantes de la ciudad se fueron aproximando a la extraña fachada con asombro sin darse cuenta de nada y sin fijarse en el extraño que había abandonado ya el sitio y que ahora se alejaba con el mismo andar sereno con el cual había llegado, pero con una gran satisfacción interior.

Había conseguido capturar a una magnifica presa que conservaría por siempre, sus mechones rojos se movían con el viento cubriéndole así lo poco visible que tenía de su rostro mientras abandonaba la ciudad de las ilusiones junto con el día que moría para dejar paso a la noche y su sombría oscuridad que lo arrasaría todo ahora que el Maestro del Ilusionismo no se encontraba allí para contrarrestarla.

Había conseguido capturar a una magnifica presa que conservaría por siempre, sus mechones rojos se movían con el viento cubriéndole así lo poco visible que tenía de su rostro mientras abandonaba la ciudad de las ilusiones junto con el día que morí...

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