Capítulo 05

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Becky miraba con desconfianza a la puerta que tenía delante, sin saber si tocar o esperar ahí todo el rato. Sus manos se aferraban a la correa de su mochila cruzada, ese día vestía un pantalón beige y una playera de color azul tirándole al negro, miraba alrededor pensando si había sido buena idea aceptar hacer el trabajo en el departamento de Nam.

Mordió su labio por debajo del cubrebocas, armándose de valor y, con sus nudillos, tocó la puerta tímidamente.

Esperó a que abrieran pero deseó con todo su ser que la puerta no fuera abierta y así tener una excusa de irse al no ser recibida, pero para su buena o mala suerte, la puerta se abrió.

—¡Hola, llegaste! —Nam exclamó con una sonrisa, tomando su brazo para hacerla pasar. —Perdón si hay un poco de desorden, eso no me corresponde a mí.

—Hola. —Se limitó a saludar, observando a su alrededor.

El departamento no era muy diferente que el suyo, era un espacio amplio con una pequeña sala, un corredor que dirigía a lo que suponía tenía que ser la cocina y las demás habitaciones que disponía el lugar. Al final de cuentas, ella creía que su departamento estaba patas arriba todo el tiempo, sería la persona menos indicada para juzgar.

—¿Quieres tomar algo? Inicié con la presentación mientras te esperaba, puedes verla desde la computadora que está en la sala. —La guió hasta el sillón, sentándola frente a la computadora. —Te traeré algo mientras revisas, ya vuelvo.

Becky no mencionó nada mientras descolgaba su mochila de su hombro, quitándose el cubrebocas y guardándolo en su bolsillo antes de enfocar su mirada en la presentación. Estaba comenzando a leer la portada cuando la puerta fue abierta, haciendo que levantara su mirada con el cuerpo tenso

¿Alguien más estaría ahí?

—Voy a morir. —Un reconocida voz se precipitó por la puerta antes de ver a la persona portadora de ella. —Tengo demasiada tarea, no creo poder hacerla toda.

Freen había entrado al departamento de Nam, dejando sus pertenencias en la entrada y caminando descalza por la sala hasta que sintió una mirada en ella. Giró su cabeza, sorprendiéndose de ver a Becky sentada en la sala con una expresión indescifrable, podría decirse que ambas tenían la misma expresión cuando Nam apareció.

—No seas maleducada, saluda a mi invitada de hoy. —Regañó mientras depositaba dos botellas de agua sobre la mesita de centro.

—Hola. —Se limitó a pronunciar Becky, desviando su mirada.

—Hola, Becky. —Sonrió, a pesar de que la contraria no lo vio.

—¿Qué tanto te dejaron de tarea?

—Un par de asignaturas, todo es individual así que no me preocupa tanto. —Explicó, aún con la mirada enfocada en la invitada del día. —Las dejaré trabajar, tengo mucha hambre.

—Pedí comida, está sobre la mesa por si quieres comer de ello. —Gritó mientras la perdía de vista, volviendo su atención a Becky. —No avancé mucho, quería primero ver si te convencía la primera parte para luego trabajar en ella, también quería ver si tenías alguna propuesta de tu parte para el trabajo o alguna condición en particular.

—No, todo está bien. Pensé en algunas ideas, pero eso iría en la parte final del trabajo, podemos ir avanzando en esto y conforme lleguemos ahí te explico mis ideas.

—Perfecto, entonces trabajemos en esto. —Tomó lugar en el suelo mientras acomodaba la pantalla a su altura, explicando cada punto que había avanzado.

Por otro lado, Freen comía una rebanada de pizza mientras se asomaba sobre el marco del pasillo, viendo lo concentradas que estaban las dos chicas conversando sobre su trabajo.

Había estado cuando acordaron una hora para reunirse, pero con sus propios pendientes lo había olvidado por completo, así que fue grato verla sentada en la sala con ese gesto de sorpresa.

No negaría que cada que veía a Becky le sorprendía, sobre todo ahora que tenía la oportunidad de verla más allá de su departamento para entregarle su comida. Sentía curiosidad por la chica, pero esta parecía tan tensa con su presencia que inclusive se cuestionaba si era la misma chica del departamento que pedía la misma orden cada que llamaba.

No pensaba que tuviera algo de malo verse fuera de ello, solo habían coincidido por medio de Nam, pero tal parecía que para Becky se sentía todo muy diferente.

Estaba terminando de morder la orilla de la rebanada cuando Becky se giró, sorprendiéndola con el pedazo de pizza a medio camino. Dio un paso hacia atrás para esconderse, perdiéndose la pequeña sonrisa de confusión que apareció en el rostro de Rebecca Armstrong antes de ser llamada por la castaña, enfocándose nuevamente en el trabajo.

Freen se encontraba un tanto inquieta con la tercera presencia en el departamento, usando cualquier excusa para ir a la sala. Desde ir por su cargador, hasta buscar una almohada que claramente no necesitaba, pero que se sentía grato al poder robarle un par de miradas a Becky junto con un par de sonrisas mientras hacía enojar a su compañera de dormitorio.

Nam constantemente la empujaba lejos de ahí, hasta que fue la hora de que Becky se retirara fue cuando se quedó en su habitación mientras Nam despedía a su invitada.

—Terminaré el trabajo, te lo mandaré por correo y ya podemos hacerle las últimas modificaciones antes de enviarlo.

—Está bien, estaré al tanto de ello. Muchas gracias por recibirme hoy, avanzamos bastante. —Becky le sonrió mientras caminaban a la puerta.

—No hay de qué, a partir de ahora eres bienvenida a venir cuando quieras. —Sonrió en su dirección, abriéndole la puerta. —Espero que llegues bien a tu casa, avísame cualquier cosa.

—Claro, nos vemos en clase mañana. Buenas noches, descansa. —Se despidió con un gesto de mano antes de salir, caminando al ascensor.

Nam la perdió de vista cuando entró al ascensor, cerrando la puerta detrás suyo. La sonrisa amable de su rostro se convirtió a una divertida, caminando directamente a donde suponía que su compañera de piso aguardaba, abriendo la puerta sin antes no anunciar su entrada.

—¿Qué fue todo el teatro que te montaste allá afuera? —Se cruzó de brazos, interrogándola con una ceja arqueada.

—No sé a qué te refieres. —Murmuró, su mirada enfocada en la pantalla de su computadora.

—Nunca te dejas ver cuando tengo compañeros de trabajo, pero Becky viene y no te despegas de la sala a pesar de mis amenazas de que te fueras. —Señaló la almohada que descansaba sobre su cama. —¿Ir por una almohada? Sí, eso parece muy creíble, eh.

—Solo me aseguraba que no la asustaras.

—Mi amiga, serías tú quien la asustara de tantas vueltas que pegaste.

Freen se limitó a encogerse de hombros, aun fingiendo prestar atención a la pantalla mientras Nam la cuestionaba con la mirada, esperando que dijera algo más.

—Sea lo que sea, asustas. —Dijo antes de cerrar la puerta, dejándola sola.

La chica bufó en la soledad de su habitación, ¿Asustar? No lo creía de esa manera, solo estaba exagerando en sus palabras.

Pero a partir de ese momento no despegó sus pensamientos de aquella chica, ¿Había cruzado algún límite? No lo creía, Becky le sonreía de vuelta cuando iba a molestar, todo parecía estar bien, simplemente tenía la necesidad de verla por alguna extraña razón.

Sin enfocarse más en ello, se dispuso a seguir con su trabajo, a pesar de que cierta castaña no salió de sus pensamientos por el resto de la noche.

Delivery girl「 Freenbecky 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora