Fran se encontraba en su laboratorio, respirando con dificultad mientras se quitaba la prótesis de su brazo dañado. Un profundo dolor lo recorría cuando la prótesis se separaba de su cuerpo. Con gesto firme, se inyectó algo en el brazo y comenzó el proceso de regeneración.
Fran: (monótono) Mierda.
El líquido que se inyectó comenzó a surtir efecto de inmediato. Un dolor intenso se apoderó de él mientras sus huesos, músculos y tejidos comenzaban a regenerarse a una velocidad asombrosa. Fran gritó de dolor mientras su brazo se retorcía y crecía de nuevo, cada centímetro reconstruido con una precisión casi quirúrgica.
Fran: (entre dientes) ¿Por qué alguien querría esta habilidad? Duele como el demonio.
A pesar del intenso dolor, Fran sabía que esta era la única manera de recuperarse completamente. Después de unos largos minutos de agonía, finalmente el proceso de regeneración llegó a su fin y su brazo volvió a estar completo.
Fran se tomó un momento para recuperarse, respirando profundamente mientras se permitía descansar en su silla. La sensación de alivio al tener su brazo restaurado era palpable, pero sabía que no podía permitirse quedarse inactivo por mucho tiempo.
Fran se levantó con determinación, sus ojos fijos en el siguiente paso de su plan. Con pasos decididos, se dirigió hacia el panel de control de su laboratorio para abrir otro portal hacia otro AU. Esta vez, estaba decidido a obtener lo que buscaba sin importar los obstáculos que encontrara en su camino.
Fran emergió de un portal en un páramo desolado, donde el frío y la nieve dominaban el paisaje. Se envolvió en la capucha de su sudadera para protegerse del gélido viento que azotaba el lugar. Con un rápido vistazo alrededor, escaneó el área en busca de cualquier signo de vida.
Fran: (monótono) Baya.
Para su sorpresa, el escaneo reveló que no había formas de vida en ese AU, lo que le hizo pensar que esta tarea sería más fácil de lo esperado. Se trazó mentalmente una ruta hacia el lugar donde detectó la presencia del cristal y comenzó a caminar con paso firme a través del páramo helado.
Mientras avanzaba, los pensamientos de Fran se desviaron hacia su futuro y sus planes de vivir en paz una vez que completara su misión. Sin embargo, una duda persistente se abrió paso en su mente.
Fran: (pensativo) ¿Asara seguíra viva o realmente había muerto?
La incertidumbre lo perturbaba, pero decidió apartar esos pensamientos por el momento y concentrarse en la tarea que tenía entre manos.
Fran: (para sí mismo) Quizás sea mejor no saberlo.
A medida que se acercaba al lugar donde se encontraba el cristal, Fran se preparaba mentalmente para cualquier eventualidad. Sabía que debía estar alerta y listo para enfrentar cualquier obstáculo que pudiera surgir en su camino.
Fran avanzaba por el páramo helado, su mirada fría y calculadora escudriñaba el entorno en busca del cristal que había detectado previamente. De repente, criaturas de hielo emergieron a su alrededor, desafiando su presencia en aquel lugar inhóspito.
Sin inmutarse, Fran desplegó su cañón retráctil y comenzó a disparar contra las criaturas de hielo, destruyéndolas una tras otra. Sin embargo, para su sorpresa, estas criaturas se reconstruían una y otra vez, demostrando una resistencia inusual.
Fran: (monótono) Interesante.
De entre la ventisca, surgió una figura familiar: Chara Snow, una versión de Chara con piel y pelo blanco, imbuida del poder del hielo. Chara Snow cuestionó a Fran sobre cómo había sobrevivido si ella había congelado todo a su paso.
Chara Snow: (desconcertada) Como... Como estas vivo?...... Congele todo... Y a todos.. A todos los mate... Pero tu sigues aquí... Como?
Fran: Solo estoy de paso.
Chara Snow: (sonriendo) ¿Y qué te hace pensar que te dejaré ir?
Fran: (con sarcasmo) Porque eres amable en el fondo de tu corazón?
La respuesta de Fran fue breve pero directa. Sin embargo, Chara Snow no estaba dispuesta a dejarlo ir tan fácilmente. Invocó un dragón de hielo que se abalanzó sobre Fran con ferocidad.
Fran activó sus escudos electromagnéticos para protegerse del ataque y contrarrestó con un misil que destruyó al dragón de un solo golpe. Sin perder tiempo, lanzó varios aparatos al frente, emitiendo una onda de calor masiva que asfixió a Chara Snow.
Chara Snow se retorcía de dolor mientras luchaba por respirar en medio del intenso calor. Fran, impasible ante el sufrimiento de su oponente, continuó su camino hacia el cristal, dejando atrás a Chara Snow.
Fran: (monótono) Para alguien normal o de magia, tal vez Chara Snow sería un peligro. Pero para alguien de ciencia, no representa ninguna amenaza.
Con un gesto despectivo, Fran le mostró el dedo medio al cuerpo inerte de Chara Snow antes de seguir adelante en su búsqueda del cristal perdido en el páramo helado.
Fran avanzaba por el páramo helado, sumergido en sus propios pensamientos mientras indagaba en los recovecos de su mente. Reflexionaba sobre su pasado, su presente y las posibilidades que el futuro le deparaba. A medida que caminaba, el viento gélido azotaba su rostro, recordándole la implacable naturaleza del entorno en el que se encontraba.
Las huellas dejadas por sus pasos se perdían rápidamente bajo la nieve, como si el frío intentara borrar cualquier rastro de su presencia. Fran se sentía como un intruso en aquel mundo helado, una anomalía en un lugar donde el tiempo parecía haberse detenido.
Después de unos minutos de caminar en silencio, Fran detuvo sus pasos y miró a su alrededor. Sabía que estaba cerca del objetivo: el cristal que tanto había buscado. Con una determinación tranquila, transformó su mano derecha en un perforador, listo para extraer el preciado cristal del suelo helado.
Con movimientos precisos, Fran perforó el suelo con su herramienta improvisada y extrajo el cristal con cuidado. Lo sostuvo entre sus dedos con reverencia, sabiendo que cada uno de estos cristales era una pieza crucial en su plan maestro.
Fran: (monótono) Al menos solo faltan seis.
Aunque estaba satisfecho de haber encontrado otro cristal, Fran no podía ignorar el frío penetrante que lo rodeaba. Se estremeció ligeramente y decidió que era hora de partir. Sacó su pistola portal y creó un portal de regreso a su laboratorio, donde estaría a salvo del cruel clima del páramo helado.
Fran: (monótono) Ya me quiero ir de este lugar. Me estoy congelando.
Con un suspiro de alivio, Fran atravesó el portal, dejando atrás el gélido paisaje y llevando consigo el cristal que tanto había buscado. Ahora, con seis cristales faltantes, estaba un paso más cerca de alcanzar sus objetivos.
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Lovedtale: Fran Malvado
FanfictionNo hay héroes ni villanos, solo aquellos lo suficientemente inteligentes para ganar. El poder no se pide, se toma. La obediencia ciega es para los débiles; yo elijo mi propio destino.