10° La Ciudadela T1

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Fran estaría viendo varias capsulas con sus yo alternos, los cuales se les estaba adsorviendo sus almas.

Fran: Tienen un alma única pero menos poderosa, me siento estafado.

Pasarían unas horas, fran vería todo de manera monótona, imperturbable ante su plan que se ejecutaba al pie de la letra.

Fran: Bien, ya todo esta listo.

Fran ingresaría comandos a la computadora qué hace qué todas las cápsulas se apaguen.

Fran: (creando más baterías) Esto me devería dar para un tiempo. Sans prepárate para ir a la ciudadela, la mayoría ya devería de estar hay.

Pasarían unos minutos y crearía un portal y lo atravesarian.

Fran, ahora oculto bajo una apariencia alterada, caminaba por la bulliciosa Ciudadela en la Línea Omega. El murmullo de las conversaciones y los ecos de risas resonaban en el aire, pero su expresión monótona no reflejaba la actividad a su alrededor.

Fran: (serio) Todo está en su lugar.

La Ciudadela, símbolo de paz y esperanza, se extendía ante él con sus altas torres y luces resplandecientes. Mientras tanto, sans, controlado por Fran, se deslizaba hacia los motores, un engranaje crucial en el complejo plan del protagonista malvado.

Fran descendió a la planta baja, donde los controles del rayo de la Ciudadela estaban resguardados. La seguridad parecía insuficiente para alguien con sus habilidades. Fran avanzó con confianza, su parche de ojo brillando con un matiz morado mientras comenzaba a hackear el panel de control.

Guardias despistados paseaban cerca, ignorantes del peligro que se cernía sobre ellos. La energía del rayo era un recurso invaluable, pero Fran no planeaba usarla para abrir portales a diferentes AUs, como se esperaba. Tenía planes más siniestros para esa inmensa fuente de poder.

Fran: (monótono) Están distraídos. Es el momento.

Los dedos de Fran danzaban sobre el teclado, ejecutando códigos complejos con precisión. Las pantallas mostraban líneas de programación, y cada cambio que Fran realizaba allí alteraba sutilmente el destino de la Ciudadela.

El plan maestro de Fran estaba en marcha. Mientras tanto, sans cumplía su papel en los motores, manipulando las válvulas para liberar la energía del rayo de una manera que nadie sospecharía. La Ciudadela, en apariencia próspera, se convertía en el escenario de la siguiente fase de su estrategia.

De repente, una alarma parpadeó en las pantallas de seguridad. Los guardias, alertados por la actividad en la planta baja, corrían hacia Fran. Sin embargo, el protagonista malvado estaba preparado para esto. Activó un campo de camuflaje cuántico, volviéndose prácticamente invisible para cualquier frecuencia de luz visible.

Guardia: (confuso) ¿Qué está pasando aquí?

Fran continuó hackeando con calma, incluso mientras los guardias buscaban frenéticamente al intruso invisible. La Ciudadela, en su momento de aparente gloria, estaba a punto de caer en las sombras de la manipulación de Fran.

Fran, tras un rápido y calculado acto de asesinato, se encontraba de pie frente al panel de control ahora bajo su control total. Los destellos de los láseres habían dejado en el suelo a los guardias que se atrevieron a desafiarlo.

Fran: (monótono) El juego ha comenzado.

Con un gesto preciso, Fran activó el rayo de la Ciudadela a máxima potencia. La brillante energía se concentró en el motor, y un zumbido ascendió en la sala de control.

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Lovedtale: Fran MalvadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora