Las heridas de su entrenamiento aún ardían, pero no era la primera vez que se curaba solo. En el silencio de su refugio, comenzó a tratar sus propias heridas, las vendas improvisadas ocultando las marcas de su esfuerzo y dolor.
Fran: (murmurando para sí mismo) No necesito su ayuda. Puedo cuidar de mí mismo.
A medida que las vendas se ajustaban a su piel, los recuerdos de las palabras de Sarik y Sans resonaban en su mente. ¿Por qué no podía ser como ellos? ¿Por qué siempre se sentía en la sombra de su propia familia?
Fran: (frunciendo el ceño) No soy débil. No lo seré.
El eco de su propia determinación resonó en la habitación vacía mientras se ponía de pie. A través de la ventana entreabierta, las sombras de la noche se cernían sobre él, recordándole la oscura senda que había comenzado a caminar.
Fran: (susurrando) ¿Por qué no puedo tener el poder de papá o Sarik?
La pregunta flotaba en el aire, sin respuesta. Fran, sintiéndose solo en su lucha, se dirigió hacia el espejo colgado en la pared. La imagen que le devolvía, un reflejo cansado y desafiante, solo intensificó sus preguntas internas.
Fran: (mirándose fijamente) Seré fuerte, más fuerte que cualquiera de ellos.
Con cada palabra, se hacía una promesa a sí mismo. Pero, en el fondo, también se forjaba una determinación oscura. La sed de poder se arraigaba en su corazón, impulsándolo a superar las sombras que lo oprimían.
Fran: (jurando en silencio) Seré el más poderoso. Nadie me subestimará de nuevo.
El compromiso resonó en su voz, cargado de una fuerza que, aunque incipiente, empezaba a emerger de su interior. La oscuridad que se cernía sobre su vida se convirtió en el combustible de su resolución, y en la quietud de la habitación, nació un propósito feroz.
Fran: (sintiendo la determinación) No seré ignorado. No seré débil.
La noche avanzaba, pero la llama de su determinación no flaqueaba. Fran, solo en su refugio, se juró a sí mismo que sería el arquitecto de su propio destino. La senda que elegiría podría estar envuelta en sombras, pero él anhelaba una luz propia, una luz que lo destacaría en medio de la oscuridad que lo rodeaba.
AL DÍA SIGUIENTE
La luz del nuevo día se filtraba por las cortinas cuando Fran despertó, decidido a enfrentar lo que le esperaba. Se vistió con cuidado, asegurándose de cubrir todas las heridas que aún marcaban su cuerpo. Bajó las escaleras, cada paso resonando con una determinación silenciosa.
En la mesa del desayuno, la familia se reunía. Sarik, con una sonrisa burlona, lo recibió con una mirada llena de desprecio.
Sarik: (burlona) ¿Has venido a demostrar tus habilidades de esqueleto en la mesa, Fran?
Fran, manteniendo la mirada baja, ignoró el comentario, centrando su atención en el desayuno frente a él.
Fran: (murmurando) Déjame en paz, Sarik.
Pero las insinuaciones continuaron, como sombras que se arrastraban sigilosamente.
Sarik: (insistente) ¿Cuánto más piensas seguir siendo un estorbo?
Fran apretó los puños, tratando de contener la creciente ira que lo consumía desde dentro.
Fran: (intentando ignorar) No me importa lo que pienses.
Sin embargo, las palabras de Sarik eran como espinas que se clavaban en su paciencia, una paciencia que estaba llegando a su fin.
Sarik: (provocadora) Siempre en las sombras, siempre débil.
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Lovedtale: Fran Malvado
FanfictionNo hay héroes ni villanos, solo aquellos lo suficientemente inteligentes para ganar. El poder no se pide, se toma. La obediencia ciega es para los débiles; yo elijo mi propio destino.