The winner

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(WAIT WAIT, cuando digo braga me refiero a un hilito okey? Solo q me da pena decirlo 😞)
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El rubio se paró de la cama y tomó al menor de las manos y se las colocó detrás de la espalda agarrándolas fuertemente para que el menor no pudiera soltarse. Luego de eso colocó a Seungmin boca bajo en la cama.

—Espera, ¿qué haces?

—Dime tú a mí que quieres que te haga, bonito.

—Eso nunca, no caeré ante ti, Bang.

El menor forcejeaba para salir del agarre de las manos del rubio, pero era en vano, era obvio que el rubio tenía mil veces más fuerza que él.

Chan vio que ya era el momento indicado para llevar a cabo el dicho plan para ganar aquella apuesta. Quitó una de sus manos de las muñecas de Seungmin y con la mano bajó rápidamente su boxer.

—¿No?

—No, eso nu... ¡Ah!

Chan había empezado a frotar su erección contra en culo de Seungmin. El castaño se sintió subir al mismísimo cielo cuando sintió a Chan restregándose sin pudor en él.

—¿Seguirás negándote?

—S-si, ¡Ah!, ¡Mgh!

—Estás gimiendo como perra en celo y eso que no he hecho nada comparado con lo que soy capaz.

Con una de sus manos hizo de lado la braga que traía el menor y logró ver aquella rosada entrada. Sin poder contenerse más, comenzó a frotarse en ella, esto haciendo que el castaño empezara a gemir aún más fuerte.

Luego se acercó a el oído de Seungmin, rozó sus labios con el lóbulo de la oreja y susurró con voz ronca:

—Te repito la pregunta, ¿Seguirás negándote?

—¿Q-qué... quieres que diga?

Tal vez esto no era mucho para otros, pero, ¿para Seungmin? Esto ya era ser un sumiso al extremo. El castaño no estaba acostumbrado a dejar que lo mandaran a la hora del sexo y jamás creyó hacerlo.

—Quiero que me digas lo que quieres que haga contigo, si tengo compasión contigo puede que lo haga.

—No lo h-haré

Chan llevó dos de sus de dedos a su propia boca y los llenó de saliva. Lentamente llevó sus dos dedos ya lubricados con su saliva hacia la entrada del menor, los dedos no entraban en él, solamente rozaban la entrada.

—Mhhh... n-no hagas eso por-favor.

—¿Qué no haga que?

Chan susurró aquellas palabras en el oído del menor, la voz ronca del rubio hizo estremecerse al menor a más no poder. Luego de aquellas palabras, Chan metió de golpe sus dos dedos, aunque el movimiento fue rápido se encargó de que llegaran lo más dentro posible en Seungmin y luego los sacó tan rápido como los metió.

—¡Ah! Has eso de nuevo. —ordenó.

Que equivocado está Seungmin. Pensó.

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