Story Time #4

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Chismesito de la primera funada que nos hicieron a mi y a katsuki por pasarnos las costumbres japonesas por la cola.

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Todo comenzó un dia sábado a finales de mayo. Ese mismo día Katsuki y yo estuvimos en competencia todo el día por lo que estabamos muy cansados.

Para resumirles un poco; cuando hay competencia debemos de estar desde muy temprano tanto en la Academia como en el lugar donde se va a realizar, tendemos a estar todo el día allí, asi ya nuestro equipo se haya presentado por lo que suele ser muy agotador ese día en especifico.

Sin añadir que durante toda esa semana estuvimos entrenando de corrido casi diario...

Nosotros no nos fuimos de regreso a la academia en una ruta como suele ser, nos quedamos con otros amigos comiendo y viendo a los demás equipos competir, por lo que cuando se hizo tarde salimos del estaduim  tomamos el tren.

Ambos logramos tomar un puesto y yo aproveché para dormir unos minutos  mientras llegábamos a nuestras casas.

Mientras íbamos de regreso me desperté por unos segundos, me acomodé de mejor manera recostando mi cabeza en el hombro de Katsuki y cerré los ojos para descansar.

─Ya se hacen hasta los domidos para robarse los asientos.─ logré escuchar el comentario de una mujer a mi derecha.

No quise reaccionar de ninguna forma cuando tuve el pensamiento de que tal vez no se refería a nosotros, así que lo ignoré y traté de dormirme nuevamente.

─Ey, niña.─ me llamó la misma voz y me tomaron del brazo para despertarme.

Abrí los ojos vi a una mujer de no más de cuarenta años de pie frente a mi, soltó mi brazo y me miró con enfado.

Hice una mueca de fastidio cuando me hice una idea de lo que me diría, así que me quedé callada y esperé a que ella hablara.

─¿Es que acaso no ve que necesito el asiento? Usted y el deben ir de pie.─ objetó enfurruñada señalando también a katsuki.

Frunci el ceño y me mantuve en mi lugar al escucharla, la miré con indiferencia sin decir ni una palabra tragándome las ganas de contestarle.

No se imagina como me molesta la gente maleducada, es algo que no soporto y me pone de un humor asqueroso.

Si tal vez lo hubiera pedido de mejor manera no lo habría pensando demasiado y le hubiera cedido el puesto en el momento que me lo pidió

Pero como no fue así, no lo hice. Katsuki a mi lado gruñó y no se quedó callado a diferencia de mi.

─No es una jodida anciana para que esté pidiendo asiento.─ se cruzó de brazos imperpetuable, fulminandola con la mirada.

A esa señora se le salió el demonio ahí mismo. Nada más bastó que katsuki le dijera eso para que se alterara de una forma increíble y empezara a hacer escándalo.

─¡Mocoso descarado! ¡¿Acaso crecieron en un basurero y no les enseñaron a respetar a los mayores, inútiles?! ¡Ustedes están jóvenes y tienen energía como para que estén ocupando NUESTROS asientos!─ exclamó enfadada sin importarle las miradas agenas.

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