Acórdandome de ti [KidouxFudou]

Capítulo 05: Matemáticas

Nota de Autor:  Y con este capítulo hacemos una tercera parte del fic, son 15 en total =)

****

Kidou llevaba ya cuatro días ingresado y comenzaba a impacientarse. Las mañanas eran muy lentas sin sus amigos, se distraía como podía leyendo o viendo la tele; pero reconocía que esperaba con ansias el momento en que la puerta se abriera para dar paso a alguno de sus continuos visitantes, en especial a Fudou, quien era siempre el primero en aparecer, justo después de la hora de la comida.

Por eso aquel día se sorprendió cuando llegó la hora acostumbrada y el muchacho no apareció. Frunció las cejas y miró el reloj, y volvió a mirarlo cada cinco minutos. Al cabo de una hora Kidou estaba bastante molesto. Se dio cuenta de que no tenía forma de contactarlo, ¿habría pasado algo? El día anterior le dijo que acudiría...

Tomó el móvil que guardaba hasta aquel momento con sus demás pertenencias, pero una vez más su memoria hizo de las suyas. No era como que le pillara por sorpresa, lo había intentado con anterioridad; sencillamente era incapaz de recordar el número que desbloqueaba su teléfono. Resopló muy frustrado y lo dejó en el escritorio.

Entonces se abrió la puerta y giró la cara con una sonrisa amaneciendo en su rostro compungido; pero no era Fudou. Kidou volvió a la misma expresión de molestia y sus dos visitantes al notarlo se sintieron emocionalmente afectados.

El primero, Genda, divertido se echó a reír. Sakuma, en cambio, se ofendió bastante.

"Parece que esperabas a alguien más," comentó acertadamente el portero con un brillo pícaro en sus ojos azules. Kidou solo soltó un gruñido.

Por supuesto él agradecía las visitas de todos y cada uno de sus amigos, aunque en ocasiones los descubría mirándolo como si estuviera a punto de morirse y aquello le resultaba muy incómodo. Notaba que todos sus amigos se obligaban a ponerse una careta de jovialidad en su presencia, pero en el momento en que creían que Kidou estaba distraído ponían caras que poco menos parecía que estuviera ya bajo tierra.

Por supuesto que era frustrante su situación, ¡cómo si a él no le gustara recordar las cosas! Pero no era necesario tener el aspecto abatido de quien ha perdido millones en bolsa.

Tan solo Endou parecía llevar la situación completamente bien, su capitán tenía la inamovible fé de que en cuanto Kidou jugara al fútbol todos sus recuerdos volverían.

Por otra parte, Fudou sonreía con honestidad y parecía genuinamente feliz a su lado. La naturalidad de sus emociones positivas se entrelazaban con aquel profundo dolor que Kidou no era capaz de comprender del todo. ¿Cómo se podía estar bien y mal a la vez? ¿Qué le llevaba a estar alegre? ¿Qué le llevaba a sufrir tanto? Para el joven de ojos rojos aquello era un verdadero misterio.

"Perdón," musitó Kidou. "¿Qué tal habéis estado?"

"Bien," respondió Genda acercándose. "Sin novedades por aquí."

"¿Y tú? ¿Algo nuevo?" preguntó Sakuma acercándose dejando ir la indignación.

"No mucho, los médicos dicen que pronto podré irme."

"¡Genial! Tenemos muchas ganas de que salgas," confesó el peliblanco, una ligera sonrisa en sus labios. "Genda y yo queremos llevarte a algunos de los sitios que más te gustan."

Kidou asintió con curiosidad, ¿cuáles serían aquellos sitios?

Los tres jóvenes estuvieron un rato hablando, aunque de vez en cuando Kidou seguía mirando hacia la puerta de reojo.

"¿Se puede saber a quién esperas tanto?" se rió Genda, sabiendo perfectamente la respuesta a aquella pregunta.

Sakuma alzó las cejas y miró hacia la puerta también.