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Le encantaba un día como el que estaba, una fría y consecutiva ventisca que removía los árboles, adentrándose a su hogar con un estilo tradicional donde el mismo viento invadía las ventanas y puertas abiertas  hasta el interior del hogar, el sol por igual hacía su trabajo mostrándose cálido; una combinación extraña pero satisfactoria.

La castaña simplemente no pudo evitar sonreír gustosa al sentir el frío viento, terminando de acomodar lo mejor que sus energías le daban las sábanas de su respectiva cama para escuchar el sonido del timbre, seguido de un grito juvenil y animado llamando a su pareja.

—— ¡Nanamin! —— Exclamó Yuuji, nuevamente tocando el timbre. —— ¡Nanami! Estoy aquí.

Sin poder evitarlo ella bufó divertida, importandole poco si su vestimenta no era la adecuada Ni la más formal para presentarse ante el menor. Con pereza en sus pasos caminó hasta la planta baja, resonando cada paso que daba sobre los escalones hasta finalmente llegar a la entrada.

Ahí, la mirada cansada e irritada de su pareja llegó hasta ella ; cambiando por completo su semblante a la usual. —— Buenos días.

—— Buenos días Nanamin ——  respondió sonriente ante la clara mueca de molestía que había ocasionado en su pareja, bajó finalmente el último escalón para dirigirse a él y finalmente; ser Nanami el responsable de abrir.

—— ¡Nanami-... ¿T/A-sensei?.

El chico se mostró confundido, mirando con sorpresa y confusión a su vieja maestra  ¿Acaso se le había olvidado que ella también vivía con Nanami? Quizás no era eso, la forma en como la mirada del menor bajó hasta sus pantunflas dió a entender que era la primera vez verla vestida de forma informal y cómoda.

Cosa que T/N notó, extendiendo sus manos y con una  expresión de ofensa habló. —— ¿Qué?¿Acaso no puedo estar cómoda en mi propia casa? —— Cuestionó, asustando al menor por el tono de voz.

Este negó constantemente.—— ¡Claro que no sensei! Solo me pareció extraño.... Usualmente se viste ¿Diferente?...

T/N se mostró divertida, fingiendo estar ofendida para mirar a su silenciosa pareja; aquel varón que solo los miraba en calma, sonriendo suavemente al conectar miradas con ella. —— Bienvenido Yuuji.

La pareja junto al chico mostraron el hogar, mostrándole la habitación que ocuparía para descansar por el lapso de cinco días para continuar con la misión de forma rápida. Se suponía que Kento había conseguido la aprobación de Gojo para resguardarlo en su hogar durante el proceso de su investigación y exterminación de maldiciones pendientes. Necesitarían más tiempo y pruebas que les serviría para resolver aquellos misterios que amenazaban con la sociedad de la hechicería y sus discípulos.

—— Ya no estaremos tranquilos, ¿Verdad?. —— Kento reprobó aquel comentario; mirando fijamente a su pareja. —— es broma. —— ella sonrió entre dientes, siguiendo a ambos varones en cuanto Itadori dejó sus cosas de lado en la habitación.

Sonriente , dando un gran salto para salir de la habitación y encontrarse con la atenta mirada de ambos adultos. —— ¿Y bien?¿Que sigue? —— Cuestionó con emoción el joven varón. —— Esta habitación es un poco más amplia que la de los dormitorios, —— Halagó, escuchando reír a Kento.

—— Sígueme —— Ordenó este.

Aunque solo le había dicho al pelirosa, sabía que aquella mujer los seguiría con curiosidad. No le molestaba en lo absoluto, le gustaba como estaba pasando en esos momentos; sus pequeños dedos pellizcan con cuidado la parte trasera de su prenda, con intenciones de ser guiada como una niña mientras aceleraba sus pasos con ambos. Aunque no duró mucho, la castaña ahora había abrazado su brazo con el suyo y el izquierdo con el menor.

—— No creo que entremos los tres de esta forma.—— Comentó Nanami, sin poder evitar reírse de forma suave ante la intención que la mujer traía en sus manos.

Por un instante ella había imaginado que eran una familia , donde pasaban un rato juntos merodeando por su hogar de una forma cariñosa. De igual forma, como anterior maestra del menor sabía perfectamente parte de su vida o por lo menos, que esté vivía con su abuelo. Abuelo del cual recién se había enterado sobre su muerte por parte de Gojo. Entendía que el menor podía sentirse solo y a duelo, todo había ocurrido demasiado pronto y el cariño que sentía sobre él le hacía considerar tratarlo con mucho aprecio.

Después de todo, ¿Cómo no querer a Itadori Yuuji? Si era un chico talentoso y amigable, demasiado que incluso aquellos que ni siquiera lo conocían lo amaban por ser testigos de sus acciones. Aquel pelirosa que solía darle pequeños detalles tanto a ella como a otros profesores tiempo atrás.

—— ¡Woah! —— El grito de sorpresa de Itadori llamó la atención de la adulta, por un instante retrocediendo al haberse asustado. Llegó a sujetarse con firmeza sobre el brazo de su pareja para verlo asustada.

—— ¿Qué?—— Cuestionó ella. La mirada aún de asombro del menor conectó con la suya para exclamar.

—— Este lugar es muy grande, increíble.—— Halagó.—— ¿Aquí entrena , Nanami?—— cuestionó está vez mirando al nombrado

El rubio asintió, acercándose al chico y dejar que T/N quedara unos minutos ahí antes de irse. Realmente era entretenido verlo practicar o entrenar, su soledad le hacía pensar que necesitaba de su compañía. Aunque quizás por esta ocasión; dejarlo solo con Itadori pensó que sería una buena idea. Después de todo de forma temporal lo tendría ahí.

Se alzó de hombros para suspirar y volver al otro lado de su hogar, pasando por la sala y dirigirse a la cocina. Buscando algun refrigerio para ambos.
Se sintió sola un instante, pero el hogar de una forma u otra ; tenía aquella atmósfera cómoda , las voces lejanas de ambos varones hacía que su corazón latiera con rapidez al tan solo pensar que por esta vez no estaba sola en casa y no se sentía como tal.
Era inesperado saber que de un dia para otro; Nanami aún seguía a su lado por la mañana, esperando su despertar para aplazar su día al lado del otro, preparando juntos lo necesario antes de llegar a la situación donde estaban.

—— ¡Te tengo, Nanamin!¡Ugah!.

Un fuerte golpe solo la hizo reaccionar con sorpresa, expresando lo al abrir sus ojos como tal. Sus pasos se aproximaron nuevamente a la habitación para encontrar a ambos varones continuar con su pelea. Que grata sorpresa era ver la potencia y la fuerza de los golpes y patadas que Itadori depositaba sobre su esposo; mientras esté lo único que hacía era defenderse con agilidad.

Por un instante pensó “ Ese trabajo es increíble ”.







Última actualización; 26 / marzo / 24 🫡🫡

HUSBAND [ N A N A M I   K E N T O x L E C T O R A ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora