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— Cuánto T/A-sensei llegó el primer día de clases, Todos estábamos haciendo mucho ruido — Itadori relató, utilizando sus brazos y manos para expresar la cantidad de cosas que estaba relatando. Incluso su rostro sufría cambios abruptos al estirar sus facciones. — ¡T/A-sensei aporreó un gran libro sobre el suelo! Aún lo recuerdo — Señaló a la mujer, aquella que con una expresión de vergüenza ante la mirada fija de Nanami; solo se rió avergonzada. — Cuándo todos la miramos, estaba recogiendo el libro.— por un impulso, Itadori se levantó de su asiento; dejando de lado su comida, su espalda fue encorvada y sus manos simularon recoger algo inexistente del suelo, mantenía por igual su rostro oculto continuando con la anécdota — T/A-sensei tenía su cabello suelto y largo, ocultaba su rostro de todos nosotros ¡Fue un misterio! Sobretodo por el silencio que nos causó. Y como una película de terror ¡Mostró su rostro como una muñeca poseída! — Yuuji realizó la acción, descubriendo su rostro con una expresión pálida y sin emoción.

— Yuuji — Ella advirtió.

— todos temblamos, nos asustamos aún más cuando nos preguntó, ¿Ahora sí están callados, gusanos? — Existió un cambio de voz abrupto, a uno más oscuro y grave.

— Yo no dije eso...— Era cierto, ¿Cómo le explicaba al chico y a su esposo que realmente se le había caído el libro en un principio? Que había intentado ser amable al presentarse con un tono de voz suave y alegre que era amortiguado por las risas y conversaciones de sus anteriores alumnos. Que el silencio que había obtenido gracias al libro de estudios de más de trescientas páginas le hizo considerar que tal vez; actuar como si estuviera molesta por su escándalo sería excelente para engañarlos.

Nunca creyó que sus alumnos le habían tenido miedo desde ese día, que esa faceta molesta que ahora expresaba con todos sus alumnos por las anécdotas erróneas que la hacían ver como una grotesca e intimidante profesora había sido suficiente para generarle esa fama.

¿Cómo le explicaba a su esposo que solo lo había imitado? Quizás no era lo suyo ser cómo él, ahora tenía el apodo de demonio en el instituto por imitarlo.

Nanami no podía creerlo, aún le era imposible creer que su pareja actuará de una forma distinta fuera de su hogar. Lo cual en cierta parte le hacía sentirse aliviado, al menos tenía con que defenderse.

— Yuuji, termina de comer — Apenada miró a su pareja, escuchando una respuesta positiva por parte del menor al realizar su petición. Nanami solo sonrió ladino para ella, Incrédulo. T/N movió sus labios para formular un — No es cierto, todo fue un accidente — tal vez conocía el punto de vista de su anterior alumno, pero no el suyo. Estaba nerviosa, lo confesaba.

Continuaron con su cena, una cena tranquila con el menor siendo el distractor, conversando miles y miles de anécdotas sobre películas, sobre la misión que estaban conllevando y los misterios que eran un poco complicados de resolver.

Para el chico era extraño ver al rubio con su uniforme desarreglado; donde no estaba su característico saco de traje,sus lentes,  su corbata de color y estampado llamativo e incluso con sus cabellos rebeldes; seguramente de la bienvenida que T/N les había dado en cuanto llegaron, desarreglando de forma divertida sus cabellos. No siendo el único; incluso Itadori se vió entrometido en el ataque, sin siquiera saberlo sus cabellos estaban desarreglados como cuando estaba en secundaria.

Era incluso aún más extraño; imposible. Que su anterior e intimidante profesora realmente se mostrara distinta, alegre y enamorada; expresiones que nunca creyó definirla. Se sentía feliz, cómodo y entusiasmado por T/N , estaba casada; con un buen y atractivo hombre, poderoso y respetuoso. Al menos esperaba que continuarán juntos mucho tiempo.

HUSBAND [ N A N A M I   K E N T O x L E C T O R A ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora