BLOOD PROMISES © [Aemond Targaryen]

⠀𝟎: prólogo

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'PRÓLOGO'

La muerte de Laena Velaryon fue un choque fuerte para sus hermanas y su padre Daemon, entre los cuatro, ninguno había mencionado alguna palabra durante todo el día en el que Laena había sido encontrada chamuscada por su dragón.

Su padre no mostraba ningún afecto por sus hijas a pesar del luto que compartían, parecía más alejado en sus pensamientos, pero su rostro decepcionado lo delataba, fueron buenos años para el príncipe después de todo.

Alyssa había nacido mucho antes de que Daemon desposara a Laena Velaryon, aparentemente era hija de Rhea Royce, pero nadie decidió creer eso, ni Lady Jayne Arryn que se negó a entregarle las tierras pertenecientes de Rhea Royce al príncipe Daemon.

Al final quedó en disputa la legitimidad de Alyssa Targaryen, algunos decidieron juzgarla como bastarda, otros que preferían conservar sus lenguas y la respetaron.

Fue tanto el murmullo que sufrió la pobre chiquilla que el rey Viserys no soportó eso, le cedió los títulos de princesa como muestra de legitimidad, aunque había un trasfondo más nostálgico en eso.

Cuando Alyssa nació, Daemon la trajo a la fortaleza en lomos de su dragón, apenas llevaba dos días de nacida, pero la intención del canalla era reclamar un huevo de dragón para su hija.

El rey Viserys sintió una punzada en el pecho cuando le informaron de aquello, llevaba el nombre de su difunta madre, y no solo eso, Daemon la trajo en un dragón mientras era una recién nacida, algo que su madre hizo con Viserys y Daemon tan pronto como nacieron.

La reina verde aún seguía recuperándose de su parto, había dado a luz un príncipe al cual llamaron Aemond, para eso entonces habían varios huevos de dragón para elegir, al príncipe Aemond se le dio uno con la esperanza de que eclosionará pronto, el príncipe Daemon eligió otro huevo de dragón para su hija, esté eventualmente eclosionó a diferencia del huevo de dragón del príncipe Aemond.

Cuando la reina Alicent intentó otorgarle otro huevo de dragón a su hijo, se dio con la sorpresa de que los huevos tampoco parecían eclosionar y solo el que había elegido el príncipe Daemon había corrido con una buena suerte, aquello enfureció a la Hightower, indignada a creer que el huevo de una bastarda había eclosionado y el de su hijo legítimo no.