Jungkook acaba de sacar un plátano de uno de los bolsillos de su mochila. Lo mira con recelo antes pellizcar la punta y tirar hacia abajo, desnudándolo. La fruta se abre como una flor en primavera. Sus labios se separan y los dientes relucen mientras se lo introduce en la boca. Mi imaginación se chupa los dedos. Joder.
Se lo está metiendo entero.-¿Otra vez? -protesta Miyeon-. En serio, ¿a quién miras todo el rato?
-A nadie, a nadie.
-Jimin, siento decirte que todo eso de disimular... no es precisamente tu fuerte.
-¿Por qué dices eso?-Te lo he preguntado para que me lo contaras tú. Pero en realidad ya lo
sé -comenta mientras hace chocar la cucharita sobre la taza, como si fuera
a levantarse y lanzar un anuncio importante delante de todos los alumnos-. Está en la mesa del fondo.
-No es verdad.
-Ya claro, ahora hazte el loco. ¿En serio creías que no iba a darme
cuenta? ¿Cuándo pensabas decírmelo? ¡Soy tu mejor amiga!
Esto no está pasando.
El sudor se extiende por mi espalda como una reacción alérgica. ¿Por
qué hace tanto calor? Intuyo que Miyeon va a añadir algo más, pero necesito
que me dé tiempo para recuperarme. Analizar la situación. Preparar una
excusa.
-No me gusta.
-Acabo de verte mirar su culo. -Levanta una ceja-. Siempre he
pensado que te gustaba Somi, la verdad, pero no entiendo qué ves en ella
-dice, encogiéndose de hombros-. Además, yo tengo más culo. Y creo
que el suyo es operado. O, bueno, eso me han dicho.
Somi.
Miyeon piensa que me gusta Somi. Intento que mi cara de alivio no sea demasiado evidente. El nudo que
apretaba mi garganta se afloja y siento que todo vuelve a su sitio, yo
incluido.
-¿Lo ves? -dice, señalándome-. Se te ha puesto una sonrisa de
imbécil en cuanto la he mencionado.
-Bueno, yo creo que es suyo -contesto recuperando el aliento-. El culo, me refiero.
-Pero el mío es mejor.
-Pero el tuyo es mejor.
Me guiña un ojo, satisfecha. Somi está justo detrás de Jungkook. Los dos dándose la espalda y en distintas mesas. Si se levantaran a la vez, sus sillas chocarían y sus miradas coincidirían.
Sería como una novela romántica en la que dos perfectos desconocidos que juran no creer en el amor terminan experimentando un fuerte flechazo.
-No dejan de mirarnos -anuncia Miyeon de sopetón-. El grupo de... Jungkook.
Me pongo alerta. ¡¿Qué?!
Mi amiga está en lo cierto, todos nos miran mientras hablan entre sí. Uno de ellos ríe y le da un golpecito en el
hombro a Jungkook de forma amistosa, pero a él parece no hacerle mucha
gracia.
Mis ojos coinciden con los de Jungkook. Me desconcierta que esté
mirándome directamente a mí, y sobre todo la forma en que lo hace.
Siempre es borde y distante, un bloque de hielo, pero en esta ocasión noto una pequeña descarga. Calor. Dejo que la sensación electrizante me pellizque, como un dolor agradable extendiéndose de arriba abajo.
-¡No los mires! -susurra Miyeon, a la vez que me da una patadita por
debajo de la mesa. Después baja su escote tanto como lo permite la tela.
Cruza los brazos pegándolos al pecho y los sube discretamente hacia arriba, en un push up improvisado-. ¿Crees que estarán hablando de mí? ¿Se
habrá dado cuenta?
-¿Que te mueres por sus huesos? -Igual que yo y media facultad-.
Probablemente. Sí. -Pero es demasiado guapo para estar conmigo. Demasiado... todo. ¿Tú
crees que hacemos buena pareja? Sé sincero.
-No lo sé, Miyeon.
-Habla más bajito. -Está tan nerviosa que parece capaz de saltar
de la silla en cualquier momento y estrangularme como no obedezca-. ¿No lo sabes? ¿Eso qué quiere decir?
Quiere decir que pega más conmigo.
-Viene hacia nosotros. Háblame de cualquier cosa -me pide mientras
pone un codo en la mesa y se esconde, apoyando la mejilla en su mano.
-¿Qué? ¿De qué quieres que te hable?
-Nada, olvídalo. ¿Estoy guapa?
Voy a responder, pero mi voz se ahoga al sentir la proximidad de un nuevo cuerpo. Una sombra de anchos hombros se proyecta sobre la mesa y ocupa todo el espacio, reclamando nuestra atención.
¿Les va gustando? Si es así pueden hacerme saber con estrellas y mensajes.♡
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Los cuerpos de la habitación roja| Kookmin au ☆
RomanceMe llamo Jimin y tengo tres normas: Nadie puede descubrir mi secreto. Solo podemos 𝘩𝘢𝘤𝘦𝘳 𝘦𝘭 𝘢𝘮𝘰𝘳 dentro de la habitación roja. Y la más importante, no voy a enamorarme de él. ☆ ADAP del libro "los cuerpos de la habitación roja" de...