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El timbre para el recreo había sonado, todos fueron a la cafetería y pidieron sus respectivos desayunos

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El timbre para el recreo había sonado, todos fueron a la cafetería y pidieron sus respectivos desayunos. Iván vio a sus amigos en la mesa del fondo y estaba yendo hacia ellos, pero fue cuando vio a una personita en la mesa de al lado que lo hizo cambiar de opinión al ver que estaba solo, sus amigos lo vieron confundidos pero decidieron no hacer nada.

-Hola, Rodrigo- El castaño se exaltó un poco al sentir la presencia del pelinegro, al escuchar que había recordado su nombre se lo formó una linda sonrisa en su rostro.

-Hola, Iván- El contrario sintió lo mismo que Rodrigo al también saber que había recordado su nombre a pesar de que ya había pasado un tiempo.

-¿Como andas?-

-Sobreviviendo a duras penas pero ando joya, ¿y vos?-

-Bien, todo tranqui... ¿estás solo?-

-Si, no lo estaría si fuera porque el pelotudo de mi amigo Tomás no hubiera faltado- Dijo con molestia y sufrimiento fingido que hizo que el pelinegro riera.

-Pero llegué yo y te salvé, de nada-

-Te lo agradezco- Dijo con un tono burlesco que hizo que se ganara un golpecito por parte de Iván en el hombro.

Se quedaron en silencio unos segundos al no saber que decir. Iván tenía curiosidad de preguntarle sobre cómo se sentía sobre lo de su hermano, pero no le quería recordar aquel evento, no le sonaba muy adecuado y sentía que lo iba a incomodar y a ponerlo triste. Por el contrario, Rodrigo era algo tímido con las personas que recién conocía o que no habían hablado tanto. Después de unos segundos el bajito fue el que quiso romper el silencio.

-Me hubiera gustado hablar más con vos ESE día pero ya no te vi- Recalcó la palabra "ese" para que supiera qué día se refería a pesar de ser obvio.

-Ah si, es que me tuve que ir, me iba a despedir de vos pero me estaban apurando mis padres, perdón-

-No hay problema- Dijo mientras tragaba el bocado que le había dado a su sándwich de pan de miga.

-¿Te paso mi número?, así hablamos más seguido y hasta podemos organizar una salida, que se yo- Pensó un poco en decirle esto y a decir verdad se puso nervioso.

-Claro, mi número es +54 9*******-

-Dale, ya te agregué, el mío es +54 9*******-

-Okay, cuando llegue a mi casa te mando mensaje, ¿te copa?-

-Mjm-

Siguieron hablando de muchos temas todo el receso. Descubrieron que tenían muchas cosas en común y que compartían ciertas ideas y pensamientos. A pesar de no haberse hablado hace más de un mes mantenían esa misma conexión y vibra de ese día en donde se habían conocido. Claro que ambos lo notaban pero lo tomaron como algo que no iba más allá de una amistad.

"Ojos de aceituna" - RodrivanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora