01

278 27 49
                                    

-Iván, cambiate de ropa, ponete una negra, por favor- Dijo la mamá de Iván al entrar a la habitación de su hijo luego de que tocara la puerta le diera la autorización para que pasara

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-Iván, cambiate de ropa, ponete una negra, por favor- Dijo la mamá de Iván al entrar a la habitación de su hijo luego de que tocara la puerta le diera la autorización para que pasara.

-¿Por qué?, ¿iremos a un funeral?- Dijo en chiste y río, pero él no sabía que no era una simple broma.

-De hecho si, lo es- A Iván le cambió la cara y abrió los ojos como platos, no tenía ni idea.

-Perdón, ¿de quien es?-

-Del hijo de una amiga que no conocés, no la veo mucho y menos vi a su hijo, vi más a su otro hijo, el pequeño, bueno da igual, nos invitaron, se me hizo una falta de respeto decir que no así que acepté-

-Pero yo no quiero ir, es re triste ese ambiente y no me pinta, ¿tengo que ir a fuerzas?-

-Si amor, dije que iríamos todos, o sea vos, tu hermana, tu papá y yo, igual solo nos quedaremos para la ceremonia y después nos vamos, hacelo por tu madre, ¿si?-

Iván suspiró y asintió, no le podía decir que no a su mamá.

-Está bien, pero me debés unos Doritos-

-Acepto, un gusto hacer negocios con vos, ahora arreglate rápido, es en media hora, dale- Le sonrió a su hijo y luego cerró la puerta de su habitación.

Iván se puso una camisa negra, pantalones cargo negros, zapatos negros con blanco ya que no tenía unos completamente negros y una chamarra negra. Se acomodó el pelo y se puso una gorra negra al igual que todo su conjunto, luego bajó las escaleras de su casa para ir a la sala, ahí ya lo estaban esperando su familia. Después salieron de la casa y fueron rumbo al velorio.

Cuando llegaron entraron al lugar, a pesar de ser un espacio en donde se sentía una vibra triste y ser un momento desafortunado estaba decorado muy bien, lleno de rosas de muchos colores, un aroma agradable producido por las mismas rosas y habían personas hablando tranquilamente, Iván notó el ataúd y la foto enmarcada del difunto apoyada en un lienzo.

-Por Dios Iván, quítate la gorra, no seas mal educado- Dijo su padre al notar que su hijo portaba una gorra.

-¿Qué tiene de malo?, me la puse porque se me ve re mal el pelo-

-No importa, es una falta de respeto así que quitatela o te la quito yo-

Rechistó en vos baja y se quitó la gorra para después dársela a su madre para que la guardara en su bolsa. Se trató de acomodar el pelo de nuevo pero no obtuvo buenos resultados, ya le dió igual y vio de nuevo la foto del fallecido. Al lado de esto vio a un hombre de pelo castaño y rulos sentado agarrando sus piernas y cabizbajo, dedujo que este estaba llorando ya que escuchaba un poco sus sollozos y temblaba un poco. El pelinegro no dudó mucho en acercarse y agacharse frente a él, no lo conocía pero quería ver si podía ayudarlo.

-Disculpa, ¿estás bien?- Le habló con tono suave mientras apoyaba su mano en su brazo.

El chico levantó la mirada y efectivamente estaba llorando, tenía los ojos rojos e hinchados y sacaba lágrimas de estos que caían como cascada. "Una lástima que esos lindos ojos verdes estén en ese estado" pensó el pelinegro luego de verlo, se quedaron viendo unos segundos en donde parecía que se estaban "admirando" uno al otro.

"Ojos de aceituna" - RodrivanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora