VII.

126 11 6
                                    

Amie sacó un par de prendas de la bolsa que llevaba como maleta. Se puso una simple camiseta y se metió en la cama. Es par de días habían sido agotadores tanto para ella como para su padre, pero al menos ahora podría descansar sin tener que preocuparse. Al día siguiente iba a tener un piso de alquiler que le serviría como residencia durante un tiempo.

Antes de apagar la luz y descansar unas cuantas horas, envió un mensaje a su padre.

No le digas nada a nadie. La gente aprecia demasiado a Abel. Borra este mensaje en cuanto lo leas. Y mi número. Mañana pediré otro. Cualquiera allí es capaz de localizarme. Te llamaré en cuanto lo tenga, y podré hablar contigo sin preocuparme. Tendrád que guardarme como “Matt” o algo así. Te quiero. Ten cuidado.

Necesitaba tomarse un respiro antes de instalarse en el piso, ponerse a buscar trabajo y crear una nueva vida. No podía negar que seguía pensando en Abel, pero al instante la imagen de sus botas ensangrentadas le venía a la cabeza.

No podía soportarlo más. Se tomó una pastilla, apagó la luz, y una hora y media después se quedó dormida.

                          *   *   *

Estaba frente a él. Tenía las manos en el manillar, impidiéndole llevar a cabo cualquier simple gesto con la moto. Quizás fuesen los focos del coche que tenía delante los que no le dejasen ver bien la realidad. O tal vez fuese él, que no quería percatarse de lo que sucedía.

—Baja de la moto ahora mismo.

—¿Qué?

—Abel, baja.

—¿Por qué?

—Estás borracho.

—¿Y qué?

—No quiero perderte a ti también.

En ese momento, Abel se percató de lo que estaba sucediendo. Las palabras de su madre eran firmes, ni siquiera mostraban un tono enfático. Excepto en su última intervención antes de entrar al local. Cada miembro del club que había estado en la reunión de los Hijos en la capilla, ahora se encontraba afuera, observando la escena.

Wendy saludó a todos, dejando un beso en cada una de sus mejillas. A Lyla fue a la única a la que abrazó. Cogió del brazo a Abel y tiró de él hasta que ambos estuvieron en la capilla.

—¿Me puedes explicar qué estabas haciendo?

Abel suspiro y se sentó en la silla del Presidente.

—Solo quería irme a casa.

—¿De madrugada y borracho?

El silencio inundó la sala. Wendy se pasó la mano por el pelo, nerviosa, y tras recorrer varias veces la sala de arriba a abajo, volvió a intervenir.

—¿Y qué hay de Amie? ¿No crees qje estará en casa preocupada? Porque supongo que ni siquiera te habrás dignado a llamarla, en el estado que estás...

—No está.

Abel la interrumpió. Nunca antes lo había hecho, no que madre e hijo recordase, y eso le pilló por sorpresa a Wendy, quien frunció el ceño amte sus palabras.

—¿Qué quieres decir?

—¿Que qué quiero decir? Que me ha dejado. Se ha ido. Ha cogido las cosas y se ha largado. No sé dónde está. Esto es una mierda. Me duele la cabeza y quiero vomitar. ¿Podríamos hablar sobre esto mañana? No estoy de humor.

Wendy clavó la mirada en la madera tallada de la mesa. Podía percibirse que había sufrido un incendio. Aquel en el que su hijo casi muere. Unos segundos después alzó la vista para clavarla en los ojos de su hijo, justo cuando él pretendía salir de la capilla y ella se interpuso.

—No vas a ir a ningún lado. Estás borracho. No vas a coger esa moto. Dormirás aquí, como yo, y mañana me vas a explicar toda esta mierda.

—Eres insoportable.

Ambos pusieron los ojos en blanco en el mismo momento. Wendy se apartó y su hijo salió de la capilla en dirección a una de las habitaciones que tenían en el local.

—Supongo que por eso te ha dejado Amie. Me gustaría saber qué has hecho esta vez para que se vaya para siempre.

Abel se giró, la miró a los ojos, y volvió hasta la puerta de la capilla. Se plantó frente a su madre. Por primera vez, Wendy tuvo miedo de lo que su hijo podría llegar a ser capaz de hacer.

—Al menos no me he drogado como una maldita yonkie mientras estaba embarazada.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 29, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

I got this.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora