Mientras recolectaba un par de hojas, néctar y algunos pétalos de su jardín para su próxima poción... el sonido de la tetera silbando le hizo volver a la cocina llevando consigo el canasto con lo recolectado. Tarareando una melodía alegre y tranquila se apresuro con habilidad a preparar la papilla para su pequeña de risos quien ya debía pronto despertar. Dando la orden a la elfina para que terminara de poner la mesa y servir para cuando su esposo, junto a su hija bajaran para poder así desayunar en familia.
Su tarareo acompañaba su andar hasta llegar a la recamara de su adorada primogénita quien había heredado los ojos de su amado al igual que esos risos con vida propia, digna de un Black.
La encontró brincando en su cuna, levantando sus brazos para ser alzada tan pronto para ser cambiada e ir por su padre.
A pesar de su corta edad, la pequeña había tomado la costumbre de ir a despertarlo para ser cargada por él hasta llegar al comedor y comenzar a desayunar en compañía de los mimos y risas de sus padres.
Pronto tendría que acostumbrarse a que su querida hija sería toda una caprichosa consentida y altanera Black.
Para cuando Sirius se había ya levantado y arreglado para darle una sorpresa a su hija esperándola con los brazos abierto, se empezó a sentir mareado, algo intranquilo se atranco de lo que pudo.
Su hija entro como el torbellino que ya era acercándose con prisa y detrás venia con risa contenida su encantador esposo, su Severus.
-¡Papá!
Sin embargo, no la pudo alzar ni siquiera tocar... en sus brazos se esfumo todo lo que lo rodeaba.
Histérico grito en cuanto reacciono.
Varios ojos curiosos lo vieron algo extrañado, aunque importándole poco en realidad, ya se contaba entre voces que el heredero Black solía perder el conocimiento derivado a las extravagantes fiestas a las que acudía y ofrecía.
Luego de la unión con la heredera Yaxley, quien tuvo el visto bueno por parte de sus queridísimos padres.
La mujer de una exorbitante aura delicada, con un cabello largo ondulado de color carmín, con una figura exquisita perfecta para procrear a un heredero sin complicaciones, aparte de tener unas facciones no tan simples ni tan exageradas fue la perfecta suplente de la fatídica huida de su ex prometido que por la gracia de Fate que no paso de sólo rumores.
Su boda fue hace 7 meses en los cuales la química se podía palpar, pero con la insistencia de sus padres de procrear un primogénito cuanto antes le había ocasionado que la intimidad fuera incomoda.
Sabía del sin fin de los intentos que realizo y sigue haciendo Adélaide, por supuesto que habían consumado su matrimonio, lo que lo había arruinado fue que al tercer mes de haberse casado el comentario inocente de conseguir un bebe pronto le arruino el ánimo. Ya no era tener intimidad por deseo carnal, sino que su esposa lo hacía para otorgarle y complacer a sus padres.
Lo cual debería halagarlo, pero no lo hacía.
Y peor aún que los sueños o alucinaciones que tenía frecuentemente con su ex pareja no le era gracioso ni disfrutable.
En todo ese tiempo no se había tomado la molestia en pensarlo. Ni siquiera en investigarlo, en su circulo no hablaban de él, ni de Malfoy o Potter.
A pesar de haberle enviado una invitación este aviso de su inasistencia junto con Lupin y casualmente Pettigrew.
Ni siquiera se tomaron la amabilidad de mandarle regalos o felicitaciones, a comparación de Evans y su prima Narcissa, un par de maldiciones y hechizos de dudosa procedencia lo acompañaron un par de semanas hasta que por fin se cansaron de atormentarlo.
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Tic Tic Tac - Snirius
FanfictionSirius Orión Black y Severus Tobías Snape Prince estaban comprometidos. Así es, "estaban". ¿Hubo inseguridades? No. ¿Algún engaño? En absoluto. ¿Entonces? Averígualo. [ . . . ] Aclaraciones El mundo de Harry Potter y todo lo que se relacione con la...