Tic Tic Tac - Snirius

5. Percibir

-Por Morgana repite nuevamente porque accedí querido.

El gran heredero Malfoy se masajeaba las sienes con una latente frustración. Riendo con cariño, Severus dejo de cepillarse su largo cabello para ir junto a su esposo y tomarlo desprevenido, jalando su saco para atraerlo y facilitarle su intromisión a sus labios.

-Sencillamente, no dejarás que nadie se atreva a documentar su 1.er día a menos que seas tu mi amor, Desirée sabes que está más que encantada que su adorado padre este detrás de ella. Además, te ves tan atractivo en tu modo serio.

Lucius se le quedó viendo con tanto amor desbordante y tan palpable en su mirada. Tomo la mejilla de Severus acercándolo de nuevo para besarlo y abrazarlo. -Te amo.

Severus lo abrazo gustoso, percibiendo el perfume de Lucius que lo envolvía, sintiéndose reconfortado, tan amado y en su hogar.

Lucius lo soltó para ir por su saco y ayudarle a ponérselo, Severus se acercó de nuevo a su armario para ir a ponerse perfume y una que otra joya que debía portar como el esposo que era y que realmente le encantaba llevar.

Una vez satisfecho, al ver su reflejo, salió, para tomar el brazo de Lucius e ir a la habitación de su hija.

-¡Padres! -saludo con una reverencia y con alegría se acercó a abrazarlos.

-Desirée, ¿has terminado de empacar? -pregunto Lucius.

-Draco no me deja hacerlo -expreso un poco traviesa.

Draco su segundo hijo de 9 años, quien no quería que su hermana se fuera. Es que lo dejaría solo, ¿con quién jugaría? ¿Es que acaso su hermana quería dejarlo solo? Es lo que empezó a pensar desde que su hermana había recibido aquella carta tan emocionante y lo había dejado de lado.

-Draco ven mi niño -le pidió Lucius- vamos a ver a la cocina y sepamos que desayunaremos.

Triste se acercó tomando la mano de su padre saliendo de la habitación.

-Cariño, sé que estás impaciente por irte, pero tu hermano a comparación tuya se quedara solo.

-¿Solo?

-Así es cariño, tienes la fortuna de haber crecido junto con Erandi, Tristán y Harry.

-Pero Draco se nos unía.

-¿Y podrá hacerlo ahora?

Vio como su niña lo pensaba un poco. -No... será hasta dentro de dos años.

-Por eso está triste tu hermano y no quiere que te vayas... de vez en cuando tengan correspondencia, ¿sí?

-Por supuesto, papá, le diré a los demás que también lo hagan.

-Bien princesa, te ayudaré.

En realidad Draco había hecho un gran trabajo en ayudarle acomodar, por lo que solo hacía manía de sacar cosas, pero no era así, y eso le hizo sentirse orgulloso de su pequeño dragón. Sus dos niños y su esposo son su familia. Y claro que no solo los tenía a ellos, ya que el Prince lo habían acogido luego de aquella fatídica relación. Ya de eso habían pasado varios años en los que se alejó de Londres y se fue a refugiar a su glorioso París, claro que a las afueras, muy, pero muy oculto, aquel lugar donde ya hacía la finca de los Prince. Y pocos sabían de ubicación, entre aquellos, se encontraba Lucius.

No había pasado ni 3 meses en lo que se había instalado y tratado de tener una rutina... para cuando lo desarmo y lo obligo a decirle todo.

Pensó que venía a convencerlo de regresar... y en realidad lo termino, invitando a pasar tiempo con él.