Capítulo cuatro

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Y fueron diez...
Capítulo cuatro

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Una nemuina algo inestable.






Estaba empezando a odiar bastante este reloj.

No solamente había sido recompensado con una noche de intimidad bastante salvaje, no solo eso, sino que las heridas que fueron hechas sobre su torso general fueron horribles.

Luego de haber terminado de tener acción con esta bestia, no solo tuvo que darse un baño, desinfectar sus heridas, no solo eso, no.

Esa misma noche se había colocado con bastante enojo pero calmado a la vez a limar las garras de esta bestia.

— Bestia: ¿¡M-macho no gustar garras!?

Bestia claramente no estaba del todo contenta, o no se esperaba eso, su reacción fue la más normal.

— Norton: luego de haber hecho... Esto, preferiblemente quiero evitar esta situación.

Tenía muchas razones, y dejar a bestia sin garras lo suficientemente filosas era mejor aunque ella no le gustaría eso.

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Ella no necesitaba esas garras.

Tras un tiempo de haber borrado del server las garras de bestia, Norton decidió finalmente volver a probar suerte con el reloj, otra vez.

—— Norton: Espero no sea otra loca sedienta de Relaciones.

Con cierta duda de lo que podría pasar Norton apretó el reloj, el cual como siempre, desprendió una fuerte luz de color rosado cegando todo a su alrededor.

La luz se había disipado rápidamente, nuevamente podía ver y espero algo grande, algún tipo de bestia extraña fuera de la compresión.

Normalmente, no debía de tener expectativas, pero algunas veces no se puede evitar.

—— Norton: Ohm... Qué extraño, normalmente siempre son grandes... ¿Acaso será un-

— ¿¿?? :  Maestrrrrrro.. ~

Una voz aguda, molesta y ciertamente muy gustosa de pronunciar la R de forma larga hizo que 

Norton se daba la vuelta chocando su espalda contra la pared...

— Norton: ¡Carajo! Me has asustado tú... Ohm...

El hombre, ciertamente estaba sorprendido de esta cosa que estaba frente a él, aunque también le generó una enorme curiosidad, pues lo que estaba frente a él no solo era físicamente hablando... Pequeño.

Si tuviera que describir esa cosa era parecido a las hadas, cabello puntiagudo hacia arriba, tres dedos en cada mano que terminaba en enormes garras, un cuerpo considerablemente "pequeño" y enormes muslos, cicatrices entre estos bastante desagradables y muy cuestionables, alas de lo que parece ser una hada y una piel... Azul, poseía cuernos que parecían "sangrar" y una mirada afilada con sus pupilas negras y un iris rosado, claramente no solo se sintió desconcertado, ¿estábamos en un jodido cuento de hadas?

Y Fueron Diez ... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora