El rey Falme las miraba con atención mientras las ninfas se dirigían hacia la puerta de salida, Dwala era la que más le atraía, era demasiado hermosa como para ser sólo una ninfa, pero al mismo tiempo su belleza era más que digna de su especie, ese cabello rojo como el fuego, esa piel blanca y mejillas rosadas, quien no podría amar a esa mujer.
Dwala estaba a punto de marcharse junto con las demás hasta que se le ocurrió una pequeña petición para el rey, ella no podía dejar la cosas así, además sólo sería por esta vez, las ninfas siempre debían esforzarse para que los Elfos comieran bien por orden del Rey mientras que ellas apenas si comían las sobras.
Dwala: Majestad -Dijo Dwala volviéndose a acercar al trono del rey con un tono de voz firme-
Falme: Que es lo que quieres?- Dijo Falme desde su trono con un tono frío e incluso de fastidio-
Dwala: Majestad, me preguntaba si sólo por esta vez, nos podríamos quedar con unos pocos animales -Dijo Dwala esperando la respuesta de Falme, esperó que Falme entendiera y les concediera los animales que merecían, pero conociendo al rey, sabía que no les concedería esa petición, y como lo imaginó, la respuesta fue todo lo contrario-
Falme: Conoces las reglas, todo lo que cazen es para mí, mi prometida y mis súbditos leales -Dijo Falme, el rey no estaba dispuesto a cambiar su ley sólo por una insignificante ninfa como Dwala y eso se reflejaba en su voz autoritaria.
Dwala: Lo entiendo majestad- Dijo Dwala dándose la vuelta y regresando con las demás ninfas las cuales la esperaban del otro lado de la puerta, Dwala se sintió derrotada y como toda una cobarde por no haberle insistido a Falme, pero que podía hacer? Todo el que se oponía a Falme era desterrado del reino, y muchas ninfas ya se habían ido por enfrentarse al rey, o por decisión propia-
Una de las ninfas vio la expresión de derrota de su compañera e intentó animarla lo más que p do-
-Oye, al menos lo intentaste -Dijo la ninfa tratando de animar a Dwala. Una pequeña sonrisa apareció en los labios de Dwala por la sensación de que por lo menos no estaba sola en esto, pero aún así le gustaría hacer algo más por sus amigas.
(...)
En un pequeño río en medio del bosque las ninfas disfrutaban de un merecido descanso en la orilla, algunas incluso estaban dándose un baño en medio del río. Siempre era agotador traer comida sólo para los Elfos y no recibir casi nada de alimento, Dwala jugaba un poco con su mano metida en el agua sumergida en sus pensamientos, Boga, otra de las ninfas y amiga de la infancia de Dwala, había regresado de una pequeña cacería de pequeños peces los cuales podrían servir de refrigerio, al llegar al río se dio cuenta de que Dwala estaba distraída, se conocían desde niñas y se habían criado como hermanas, y por eso Boga siempre se daba cuenta de los estados de ánimo de Dwala, o incluso si escondía algo. Boga no pudo evitar preguntar por eso.
Boga: Estas bien Dwala? -Pregunto Boga-
Dwala: Si, por supuesto, por que no lo estaría? -Dijo mirando a Boga y tratando de tener un tono casual en su voz-
Boga no respondió y dejó en el césped un pequeño pez para tratar de animar un poco a Dwala, si había algo que siempre animaba a Dwala eso sin duda era la comida.Boga: imaginé que tendrías hambre -Dijo Boga señalando el pez y sentándose a su lado a orillas del río -
Dwala: Gracias -Dijo Dwala tomando el pez cuyo cuerpo estaba clavado en una flecha-
Boga: Dwala, se que quieres que las cosas cambien, créeme a mí también me gustaría que no nos obligarán a dar toda nuestra comida y que los Elfos tuvieran que cazar por su cuenta, pero sabes que no podemos hacer nada, nos exiliarian -Dijo Boga-
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La Pasión de Una Ninfa
FantasíaDwala, una ninfa del bosque, hace un trato con el Rey de los Elfos, para asegurar el bienestar de las demás ninfas y salvarlas de la injusticia que estaban viviendo, mientras que el rey Falme, rompe su compromiso y deber como rey, al obsesionarse co...